"Tengo mariposas en el estómago", decía visiblemente ilusionado Pepe Gálvez nada más empezar la rueda de prensa de presentación como nuevo entrenador del Mallorca en Son Bibiloni. No le importa, o al menos eso quiso dejar claro, que estrene el cargo en el club de su vida con fecha de caducidad. "Que me den tres partidos no es un problema, ni una presión, sino una oportunidad. Es un reto muy bonito y creo que estoy capacitado. Creo que los jugadores están contentos. Es un grupo humano muy bueno, los futbolistas son honrados y trabajadores, se merecen estar más arriba", dijo acompañado por el director deportivo Miquel Àngel Nadal. "No es ninguna putada", subrayó convencido. De hecho, puso un ejemplo para ilustrar su entrega a la entidad. "Firmo ganar los tres partidos -Albacete, Tenerife y Girona-, y que después venga otro entrenador y que el equipo suba". "Pero quiero estar hasta el final", se apresuró a matizar con una sonrisa.

El calvianer, que sustituye al despedido Albert Ferrer, del que era ayudante, elogió al catalán, del que se había despedido antes del entrenamiento. "Sé que está contento de que, si alguien tenía que coger al equipo, fuera yo. Hemos estrechado lazos en este tiempo y ha sido muy buena persona con todos nosotros, le estoy muy agradecido. El fútbol ha sido un poco injusto con él porque creo que el equipo merece estar un poco más arriba. Estas cosas pasan, está la clasificación que no miente y el fútbol profesional al final son los resultados", comentó cariñosamente antes de marcar las distancias respecto a su concepto de juego. "El equipo hace cosas bien, pero somos dos personas diferentes. Puede haber cambios en la convocatoria, a la hora de escoger jugadores en los entrenamientos o en el sistema. Es una cosa que estamos valorando", apuntó.

Gálvez desveló que le gusta el 4-3-3 y el 4-2-3-1 como dibujo táctico, aunque se mostró flexible. "No me gusta encorsetarme en un sistema, sí en un estilo. Apuesto por un estilo agresivo, valiente, me gusta que el equipo lleve la iniciativa y sea protagonista con el balón. El equipo lo ha estado intentando hasta ahora pero quizás no faltaba un poco de gol", señaló. Gálvez, que se confesó admirador de Luis Aragonés, reclamó paciencia. "Aplicaré los mecanismos en los que yo creo, algunos son similares a los del Chapi y otros no. La mejora defensiva viene porque hemos sido valientes. ¿Más valentía es llegar con más jugadores a la zona de finalización?, lo estamos valorando. Vamos a intentar cambiar la dinámica, pero el equipo tiene que tener un equilibrio. Yo creo que valentía no le ha faltado al Mallorca. Llevar tu línea de defensa al medio campo es valiente. Hay que cambiar cosas, pero este es el camino", indicó.

El calvianer, de 41 años, explicó qué le llevó a aceptar la propuesta de Utz Claassen, que fue el gran ausente del acto. "Porque me gusta esto, porque lo vivo. Lo considero como una oportunidad, pero pienso más en el Mallorca. Hace años que la cosa no funciona, a ver si cambiamos la dinámica y, si soy yo, pues mucho mejor. Lo que me preocupa es la institución, que los aficionados se sientan orgullosos de su escudo y que vuelva el espíritu y la conexión que había entre equipo y afición", reflexionó. Y fue más allá en su argumentación. "Es un reto muy importante a nivel personal, pero la principal razón es buscar el bien del Mallorca. Soy entrenador de club y me siento más presionado por hacerlo bien por la gente que me ha formado y también porque hace tiempo que no se le da la oportunidad a alguien de la isla. Por esa gente estoy obligado a hacerlo bien", dijo.

Gálvez, que se mostró consciente de que deben mejorar en el juego a balón parado, prefirió no hablar de objetivos cuando el equipo está en puestos de descenso. "Siempre tiene que ser subir a Primera, aunque hay que ser realistas y las posibilidades de subir o no lo marcará la clasificación. Tampoco soy el mago con la varita que viene aquí y vamos a meter siete goles cada partido", destacó.

Nadal

Por su parte, el director deportivo restó importancia al plazo de tres jornadas para trabajar que tiene Gálvez sobre la mesa. "Tenemos plena confianza en él y conoce las virtudes y los defectos de esta plantilla. Y les digo una cosa, la realidad es que yo no he buscado otro entrenador porque le irá bien", afirmó Nadal. El manacorí lamentó el despido de Ferrer y no considera que hayan fracasado, al menos de momento. "Estoy decepcionado porque podríamos estar más arriba", concluyó.