La Junta General de Accionistas del Real Mallorca aprobó ayer una histórica ampliación de capital de 20.660.475 euros, una inyección de liquidez sin precedentes que meterá a la entidad balear en otra dimensión económica. El club emitirá 550.946 nuevas acciones al precio de 37,50 euros cada una. Según aseguraron ayer fuentes del club, cuando haya terminado el plazo para suscribir los nuevos títulos, el 4 de enero, Utz Claassen y su esposa Annette sumarán más del cincuenta por ciento de las acciones, por lo que mantendrán el control de la entidad.

La ampliación constará de una única fase y el matrimonio Claassen, que a día de hoy reúne la práctica totalidad de los títulos, tiene derecho preferente de adquisición de las nuevas acciones. El presidente, que ya ha invertido cerca de diez millones de euros en el Real Mallorca, tiene previsto suscribir acciones por valor de otros diez millones, por lo que su inversión total en la entidad balear habrá ascendido a veinte millones.

Este proceso abrirá las puertas de la institución a nuevos accionistas, todos ellos empresarios de la máxima confianza de Claassen. Se da por hecho que uno de los nuevos compañeros de viaje del presidente y de su esposa será Klaus Michael Kühner, propietario del exclusivo Hotel Rural Son Claret en Capdellà. El germano es una de las mayores fortunas europeas y estaría dispuesto a involucrarse en el proyecto mallorquinista.

Está previsto que el propietario también reclute para la causa bermellona a alguno de los contactos que ha hecho en sus frecuentes viajes de negocios a destinos como Singapur, Abu Dabi, Nueva Delhi, San Francisco y Silicon Valley, entre otros. De hecho, Claassen nunca ha negado que en estos viajes haya planteado a algunos empresarios la posibilidad de mezclarles en el proyecto.

Todavía no ha trascendido si el matrimonio Claassen venderá directamente parte de sus acciones a los nuevos inversores o traspasará un derecho de adquisición. Ambas opciones están contempladas en la Ley de Sociedades de Capital.

De este modo, el germano seguirá al timón del proyecto, que además se dota de una solvencia desconocida para un club que llevaba una década arrastrando graves problemas económicos. A corto plazo, esta inyección permitirá al Mallorca disponer de algo más de dos millones de euros para fichar en el mercado de invierno y reforzar una plantilla que, a día de hoy, sigue pensando en pelear por el ascenso.

Entre tres y cuatro futbolistas se unirán a la disciplina bermellona en enero para tratar de dar un salto de calidad a la plantilla.