La crisis del Mallorca amenaza con no acabar. Al menos de momento. Pasan las jornadas y no se ve ningún signo de mejoría en un equipo plano, que no encuentra la forma de ganar un partido y que se hunde en el fondo de la tabla. Todo son preguntas sin respuesta.
¿Por qué hay nula autocrítica? ¿Por qué no se crean ocasiones de gol? ¿Por qué sin crear ocasiones se presume de que se han tenido? ¿Por qué suena a pitorreo que un buen número de entrenadores rivales digan que el Mallorca es el mejor equipo al que se han enfrentado? ¿Por qué continúan los errores groseros en defensa? ¿Por qué el juego del equipo es tan insustancial? ¿Por qué la lesión de Brandon se está haciendo eterna? ¿Por qué Ferrer repite cada semana que los goles llegarán sin explicar cómo y cuándo? ¿Por qué desperdicia el equipo una jornada tras otra las jugadas de estrategia? ¿Por qué el discurso de Ferrer es cada vez más parecido al de Caparrós? ¿Qué aporta el ejército de colaboradores que tiene a sus órdenes? ¿Por qué los guardametas rivales nunca son exigidos? ¿Por qué Bianchi, el referente en ataque, nunca está donde debe en las escasas ocasiones de gol que se crean? ¿Por qué solo rinden dos o tres de los quince fichajes realizados? ¿Dónde están los brasileños Lima, Carioca y Hugo Gómes, presentados como estrellas? ¿Por qué Nadal se mueve como si la cosa no fuera con él? ¿Por qué mantiene Claassen la confianza en el técnico? ¿Qué ha de pasar más para que prescinda de una vez por todas de él? ¿Por qué el temor a un posible descenso es cada vez mayor?
