La mejor noticia en torno al pequeño 'boom' que ha supuesto la aparición de un jugador diferente como Luka es que tiene la cabeza muy bien amueblada y que se mueve en un ambiente tanto familiar como profesional adecuado. Luka sabe que destaca sobre el resto, pero también que está rodeado de compañeros que la saben tocar. El Mallorca ha hecho una apuesta muy fuerte por lo que de momento -como no puede ser de otra manera a sus 11 años- no es más que una promesa. Una filosofía imprescindible en clubes modestos, y el Mallorca lo es, imposibilitados de competir mínimamente en un mercado de fichajes cada vez má voraz.
La historia del fútbol está repleta de ejemplos de niños que apuntaban alto y se han quedado en nada. La mayoría de las veces por un entorno inapropiado. No es el caso. Hablan maravillas de los progenitores de Luka, que tienen claro que lo primero son los estudios. Pero el ejemplo más reciente de Marco, o del mismo Brandon, ha de servir de espejo para este chaval y todos cuantos le rodean. Al hoy jugador del Real Madrid se le protegió y se le dejó crecer como cualquier niño normal. Con Luka debe pasar lo mismo. Su caso, por lo poco frecuente (representante, patrocinador de lujo, ofertas de clubes de campanillas), es noticia. A partir de ahí, máxima protección y mucho tacto.
