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El equipo

Diez horas en blanco

El Mallorca se ha quedado sin batir la portería rival más de la mitad de los partidos oficiales que ha disputado, siete de trece - Lesionado Acuña, a Ferrer no le queda más remedio que confiar en un desacertado Bianchi por el escaso rendimiento de Coro

El portero del Zaragoza Bono repele un remate de Bianchi durante el partido del sábado en el Iberostar Estadio. Guillem Bosch

"Si queremos estar arriba hay que marcar goles", decía resignado el sábado Albert Ferrer en la rueda de prensa después del empate a cero frente al Zaragoza. Es una verdad tan grande como la grave crisis anotadora que atraviesa el Mallorca, que le está costando muchos puntos. Si no fuera por su eficacia en defensa, un aspecto que se merece todos los elogios, la clasificación tendría peor pinta que la actual, que tampoco es para tirar cohetes.

Hay un dato demoledor que explica la alarmante falta de puntería. Los bermellones se han quedado sin marcar en siete de los trece encuentros oficiales que ha dispuesto hasta el momento, entre la Liga y la Copa del Rey. Esto se traduce en que ha sido incapaz de marcar un tanto en 630 minutos, o lo que es lo mismo, diez horas y media sin poder batir al meta rival. Una auténtica barbaridad a la que hay que poner remedio. Los siete goles que ha anotado son pocos, muy pocos. De hecho, solo el Bilbao Athletic, que hoy juega y puede superarle, ha acertado menos que los baleares. "Es un bagaje pobrísimo", reconoció Chapi delante de los micrófonos.

El entrenador catalán ya no puede disimular. Sabe que necesita resolver cuanto antes un problema que se ha enquistado. Y, por muchos vueltas que le dé al asunto, sigue sin dar con la tecla. De nada sirve hacer un acto de fe. "Estoy convencido de que los goles van a llegar. Cuando marquemos uno, marcaremos más", han repetido a lo largo de las últimas semanas diversos protagonistas en el vestuario de Son Bibiloni. Nada más lejos de la realidad, por triste que parezca.

El cambio de sistema hace un mes y medio, con la apuesta por un trivote, ayudó a salvar la cabeza a Ferrer y fue el inicio de una racha de seis jornadas sin perder, con cuatro empates y dos victorias por la mínima. Eso ha convertido a los isleños en un equipo mucho más sólido, con una enorme solvencia defensiva. Incluso parecía que le acercaba más al área rival, generando más ocasiones, aunque hay temor de que eso haya sido un espejismo. Porque ni en Leganés ni el sábado frente al Zaragoza se produjeron un número elevado de claras oportunidades, ni de lejos. Las miradas se centran en Rolando Bianchi, fichado para marcar las diferencias a base de goles. Y solo ha anotado uno, que no sirvió de nada porque el Mallorca cayó en San Mamés ante el filial del Athletic (3-1). El italiano, que curiosamente se ha convertido en uno de los futbolistas más carismáticos para los aficionados, no se está mostrando resolutivo, pero es que tampoco le llegan muchos balones en condiciones. Hay argumentos de todos los colores para justificar su poca pegada, por mucho que sobre el césped se muestre como un delantero batallador.

La lesión de Acuña y el bajo rendimiento de Coro deja con pocas opciones a Ferrer, que ya ha demostrado que precisamente no está enamorado del juego del ex del Bologna. Ya le ha dejado en dos ocasiones en el banquillo, pero sus alternativas tampoco surtieron efecto. Es llamativo el caso del propio Coro, con una enorme y positiva experiencia tanto en Primera como en Segunda División, y que se está mostrando discreto. Es uno de los futbolistas con peso en la plantilla que también debería dar un paso hacia adelante, aunque no es el caso, de momento. Ha actuado como ariete de referencia y como mediapunta, pero sin fortuna.

De hecho, Javi Ros y Sissoko, que no son precisamente futbolistas llamados a marcar, son los máximos goleadores del equipo con dos tantos cada uno. Brandon, que marcó el del triunfo en Almería, Arana -lleva uno de penalti y ahora está lesionado-, Moutinho y Pereira deben echar una mano en este sentido. O dos. Porque de lo contrario la ansiedad todavía se agudizará más.

La fiabilidad en la zaga es uno de los avales de este Mallorca, pero si el adversario consigue marcar un solo gol tiene el triunfo mucho más cerca. Así quedó claro en la primera jornada en Alcorcón (2-0), Tarragona (1-0) y en los dos choques frente al Huesca en casa, uno en Copa (0-2) y el otro en Liga (1-0). Si los isleños apuntaran mejor, las alegrías serían mayores. Así lo demostró contra la Ponferradina (1-0), Llagostera (1-0) y Almería (1-0) ya que les bastó un tanto para sumar los tres puntos. Al menos, eso sí, ha conseguido salvar un punto con empates a cero ante el Numancia, Leganés y Zaragoza sin batir al rival.

Poco consuelo para un equipo que quiere mirar hacia arriba pero al que la mejoría le sigue llegando a cámara lenta a efectos clasificatorios. De ahí que Ferrer asuma su preocupación por este tema. "Goles son amores", dijo el sábado. Pues en el Iberostar Estadio falta pasión. Eso seguro.

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