La victoria y el buen juego, durante muchos minutos y en comparación con lo visto hasta la fecha, no deben alterar las hormonas rojillas ni excitar a los aficionados del Mallorca con la posibilidad de meterse en la lucha por subir. Realmente, el equipo de Ferrer está a medio camino. El Mallorca progresa. A ritmo lento, pero avanza. En términos gastronómicos, está a medio hacer. Falta más contundencia atrás y punch en ataque, pero parece que la idea va calando entre la plantilla. Quizás ha sido casualidad, pero el cambio de sistema ha mejorado el rendimiento de los actores secundarios que manejan el juego del Mallorca en el centro del campo. Ros tiene libertad para corretear, Sissoko acceso al área rival y Yuste vive tranquilo de ancla sin nadie al lado. Con Campabadal creciendo como interior derecho, ahora hace falta que el equipo también encuentre acceso al área rival por la izquierda y que aparezca alguien más con chispa además de Brandon. Y que Bianchi tenga el premio del gol.
