El tiempo dirá si Ferrer ha dado con la tecla al cambiar el dibujo, pero en sus primeros compases se intuye que funciona mejor que lo experimentado durante la pretemporada y las seis primeras jornadas de Liga. El 4-1-4-1 en vigor ha mejorado el rendimiento de varios jugadores, entre los cuales se encuentra Sissoko. El maliense cubre una extensa porción del terreno de juego, recupera balones en zonas peligrosas para el adversario y aún tiene tiempo, gracias a su poderosa zancada, tanto de pisar el área enemiga como de vigilar la espalda del carrilero de su banda, lo cual agradecen Arana y Moutinho, menos avezados a tareas defensivas. Pero hay más beneficiados. Javi Ros también juega más libre de movimientos consciente de que tanto su compañero de línea como Yuste le cubren. Y Bianchi, quizás el más sacrificado de todos, sabe que siempre llegan compañeros desde la segunda línea, tal y como se ha demostrado en los cuatro goles marcados en los tres últimos partidos. Claro que no todo es color de rosa. El calendario no ha sido especialmente duro de agosto a octubre y habrá que esperar un par de semanas antes de precipitar conclusiones. Una cosa es cierta: bien, mal o regular, el equipo sabe a lo que juega que no es poco. Y esto es muy, muy largo.
