El Real Mallorca irritó el domingo a muchos aficionados cuando comprobaron a través de la televisión que el equipo salía con su segunda equipación, la blanca. No había un motivo aparente porque la camiseta azul del Oviedo no era incompatible con el rojo que identifica al conjunto balear.
Fueron muchos los que se manifestaron a través de las redes sociales criticando una supuesta ofensa a la tradición del Mallorca, más aún en la temporada en la que celebrará su Centenario.
El club justificó ayer el insólito cambio esgrimiento "razones comerciales". Según la institución balear, en el contrato que se firmó con Macron, el fabricante de la ropa deportiva, existe una cláusula que obliga al equipo a vestir las tres equipaciones un número determinado de partidos con el objetivo de promocionarlas. Es decir, cuanto más se usen, más se venderán y más beneficio económico sacará también el Real Mallorca.
Ese tipo de contratos rigen en muchos clubes del mundo. Tanto el Real Madrid como el Barcelona han lucido en más de una ocasión su segunda o tercera equipación -especialmente en partidos de Champions- para promocionar el producto y sin que su primera camiseta se prestara a confusiones con los colores del rival.
El propio Mallorca vistió de negro hace tres semanas en el desplazamiento a Tarragona. El Nàstic, de rojo, obligaba a los hombres de Albert Ferrer a prescindir de su primera equipación. Pero en lugar de jugar con la blanca, optó por la tercera.
De nuev0 esta decisión fue tomada pensando en el contrato con Macron y en promocionar una camiseta que, de otro modo, el Mallorca no utilizaría en ningún partido.
Los colores y el escudo son temas muy sensibles para todas las aficiones del mundo, y la mallorquinista no es una excepción. Pero esta temporada los hinchas van a tener que acostumbrarse a ver al grupo bermellón de blanco o de negro sin que aparentemente las circunstancias lo exijan.
Lo que muchos aficionados percibieron como un insulto, no es más que un asunto de cuotas. Pese a todo, las redes sociales estallaron de indignación. Son muchos los que veían una mano negra detrás del cambio de color, y los que apuntaban a Utz Claassen después de que hace unos días expresara en privado su preferencia por el blanco.
El Mallorca recibirá el domingo a la Llagostera en Son Moix. En teoría le corresponde al conjunto catalán cambiar su primera equipación -luce franjas rojas y azules-, pero visto lo visto nadie puede garantizar que el conjunto de Ferrer vaya a saltar al terreno de juego con los tradicionales rojo y negro.
