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La crónica

El equipo lanza un salvavidas al Chapi

El Mallorca cosecha un empate en Oviedo en su partido más completo de la temporada y ahoga el debate sobre la continuidad del entrenador - Javi Ros adelantó al conjunto rojillo en una primera media hora brillante y Toché puso la igualada definitiva poco antes del descanso

El Mallorca más solvente de la temporada rescató un punto del Carlos Tartiere y dio oxígeno a Albert Ferrer, cuyo posible cese dejará de ser tema de discusión al menos hasta después de la próxima jornada. El grupo bermellón fue brillante en la primera media hora de partido e inteligente en la última, cuando lo prioritario era salvaguardar el empate.

Los rojillos abrieron el telón con treinta minutos espléndidos en los que se adelantaron gracias a un gol de Javi Ros y perdonaron la sentencia si no hubiera fallado lo de siempre. Esta vez el equipo tuvo mucha más presencia en el área rival, pero sufrió un gatillazo cuando había que embocar a puerta o dar el último pase.

El Chapi dispuso el planteamiento más conservador del curso, pero paradójicamente aquello derivó en el Mallorca más ambicioso. Un centro del campo superpoblado con Yuste, Sissoko y Ros; y un doble lateral derecho en el que formaron Campabadal y Company, dieron la falsa idea de que al técnico, ante una final en toda regla para él, le preocupaba más no encajar que marcar.

El experimento salió bien. Ros dobló su rendimiento con libertad de movimientos y ejerciendo de enganche con Bianchi. Sissoko apareció por todos lados y la dupla Company-Campadabal ahogó a Aguirre, el hombre más peligroso del Oviedo. Por contra, quedaron señalados Pereira, Acuña y Arana, castigados en el banquillo por su bajo rendimiento.

Puede que Ferrer haya dado con la tecla porque el Mallorca fue un equipo irreconocible en los primeros compases. Dominador de la pelota, dueño del centro del campo y siempre enfocando hacia la portería de Esteban.

Avisó Campabadal después de un rápido ataque bermellón, pero su disparo se fue a las nubes. Lo tenía todo a su favor, pero el catalán no está acostumbrado a este tipo de situaciones.

Por entonces el Mallorca ya era un equipo más ambicioso, más ordenado y más decidido que su rival. Y en la siguiente acción fue letal. Sissoko, muy inteligente, vio el desmarque de Ros y le asistió para poner el 0-1 en el marcador.

El gol puso fin a una larga sequía y el juego que desplegaba el equipo presagiaba una matinal rentable. El conjunto bermellón sacó el orgullo y disputó los mejores minutos de la temporada. Protagonista absoluto del juego, derrochó personalidad y ganó todas las disputas a un Oviedo presa del desconcierto. Ni mucho menos esperaba el vendabal que azotó el Tartiere durante la primera media hora. Bianchi, más combativo que nunca, pudo dejar casi sentenciado el partido con un latigazo que detuvo Esteban.

De pronto los asturianos empezaron a emitir señales de vida. El Mallorca se sentía cómodo, dosificó su esfuerzo y los locales multiplicaron su presencia por los dominios de Timon. El aviso más serio llegó de las botas de Peña. El lateral metió un misil desde la izquierda, el portero alemán despejó como pudo y la pelota se fue por línea de fondo besando el poste.

Poco después tuvieron premio. Moutinho perdió una pelota en el centro del campo y Erice aprovechó para meter un pase en largo aToché, que superó por alto a Timon.

La segunda parte descubrió un partido muy abierto en el que Mallorca y Oviedo se repartieron dominio e imprecisiones. Hubo más intención por parte del conjunto bermellón, sostenido en ataque por un Moutinho excelso. Una de las conducciones del luso acabó en las botas de Bianchi, que le pegó con efecto y vio cómo la pelota rozaba el larguero.

El Mallorca mantuvo alto el listón de la ambición y de la intensidad, pero con el paso de los minutos acabó enzarzado en un fútbol de guerrilla con su rival. Era el momento de tirar de oficio, trabar el juego del adversario todo lo posible y conservar un punto que no sirve para salir del descenso, pero insufla nuevos ánimos a la parroquia bermellona. Había margen de mejora, pero está prohibido dar un paso atrás.

Carlos Tartiere (19.000 espectadores)

Oviedo: Esteban; Fernández, David Fernández, Verdés, Peña, Erice, Hervías, Susaeta, Edu Bedia (Héctor Font, m. 60), Aguirre (Rivera, m. 45)

y Toché (Koné, m.78).

Real Mallorca: Timon; Company; Costas, Aveldaño, Oriol; Yuste, Sissoko, Ros; Campabadal (Pereira, m. 74), Moutinho (Arana, m. 80)

y Bianchi (Acuña, m. 78)

Goles: 0-1. Javi Ros (m. 7) aprovecha una magnífica asistencia de Sissoko; 1-1. Toché (m. 41) eleva la pelota por encima de Timon.

Árbitro: Arias López (C. Cántabro).

Tarjetas amarillas: Company (m. 22), Bianchi (m. 31), Oriol (m. 63), Rivera (m.65), Sissoko (m.80), Pereira (m. 92).

Tarjetas rojas: Al preparador físico del Oviedo por protestar (m. 80).

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