-Cuando se marchó al Oviedo esperábamos verle de titular.
-De momento el entrenador apuesta por el bloque del ascenso. Está claro que llegué aquí para hacerme con el puesto, pero tengo que pelearlo y trabajar para tener alguna oportunidad. Yo estoy contento y la gente de aquí también lo está conmigo.
-En verano puso fin a una etapa de tres temporadas en el Mallorca, las peores de la historia reciente del club. ¿Cree que ha tenido mala suerte?
-Sí, la verdad es que sí. Ya desde el primer año que estuve descendimos, aquello fue un desastre deportivo. Y la temporada siguiente nos quedamos muy lejos de poder pelear por el ascenso.
-Qué falló?
-Muchas cosas, no puedo quedarme solo con una. Falló todo. Se descendió y durante aquella pretemporada se hizo un buen equipo. Al final hubo muy mala suerte y la situación que había en el club lo empeoró todo. La Segunda es una categoría muy compleja en la que es más importante el bloque que la calidad individual. Tampoco se dejó trabajar con tranquilidad a Oltra. No sé, empezamos muy mal las dos temporadas en Segunda y aquello se convirtió en un lastre muy negativo que no nos dejó asomar la cabeza.
-¿El vestuario estaba todo lo unido que era necesario?
-No ha habido problemas en el vestuario. Sí es verdad que en los momentos en que los resultados no acompañaban, y después de que la afición te pitara, se hacía difícil venir a trabajar durante la semana. Pero no hubo un problema de mal grupo.
-Hubo un episodio que trascendió. Lluís Carreras empezó a tener problemas en el vestuario porque en un momento dado apostó por usted en lugar de por Dudu Aouate para la portería.
-Tal vez. Pero no creo que aquello tuviera nada que ver con que Carreras me pusiera a mí. Acabé jugando yo, pero eso no desunió a la plantilla. Al final el fútbol son resultados.
-¿Ve al Mallorca candidato al ascenso?
-Según mi experiencia allí, pasábamos del optimismo al negativismo nada más empezar la competición. La Liga se gana al final de la temporada, hay que ser paciente con el equipo. El Mallorca se ha reforzado mucho, sobre todo en los últimos días del mercado, cuando llegan jugadores que no están en forma. Hay un técnico nuevo y hay que dejarle trabajar. Veo mimbres para estar arriba, seguro que al final de la temporada lo estará.
-Pero este curso la historia se repite con otro inicio de Liga lamentable.
-No sé cuál es la explicación. Con Oltra aquello pudo explicarse por una falta de adaptación a la categoría. El año pasado también se empezó mal. Ves que no asomas la cabeza, que el 'play-off' se aleja y eso psicológicamente afecta. El Mallorca debe mentalizarse para ir creciendo poco a poco y siendo positivos. Porque si no, empieza a haber crispación dentro y fuera de la plantilla.
-El presidente y el entrenador siguen manteniendo que el objetivo es el ascenso.
-Sinceramente, yo creo que hay que bajar el listón. Me parece excesivo hablar tanto de ascenso. Hay que corregir los errores de cada semana e ir creciendo poco a poco. Hay que intentar sacar puntos para colocarse en una buena zona y ganar más tranquilidad. No se va a conseguir el ascenso con palabras. Solo si el Mallorca consigue varias victorias seguidas ganará la confianza que ahora falta.
-El partido del domingo puede ser el último de Ferrer como entrenador del Mallorca. ¿Qué le parece?
-Me parece mal. Cuando se empieza un proyecto nuevo se hace con un técnico en el que has depositado toda la confianza. Y que en la séptima jornada ya se hable de destitución... Hay que ver más allá. Yo no sé cómo trabaja Ferrer, ni he hablado del tema con gente de allí, pero estoy seguro de que los futbolistas considerarían muy precipitado un cese.
-Usted sabe bien lo que es jugar bajo presión en el Mallorca.
-Presión hay en todos los sitios, también en Oviedo. Aquí la gente espera que seamos el tapado y que al final estemos arriba. Hay que saber jugar con presión, pero desde el club se tiene que mantener la cabeza fría. Supongo que Nadal y el presidente sabrán qué es lo mejor para el Mallorca.
-Cumplió su contrato y el club no le hizo una oferta de renovación. ¿Cree que influyó el hecho de que usted fuera un fichaje de Serra Ferrer?
-Posiblemente sí que tuvo influencia. Mi última temporada no se me trató como me merecía, pero hay que mirar hacia adelante. Después de tres años lo mejor para mí era salir.
-¿A qué se refiere con que no se le trató como merecía?
-Al final de la segunda temporada tuve una lesión que condicionó el inicio de la siguiente. Había jugado varios partidos infiltrado y después vino un periodo de recuperación largo, pero nadie se acordó del esfuerzo que hice jugando infiltrado. A lo mejor es porque no me había traído Nadal. Por lo demás, no tengo ningún reproche hacia el club.
-Una de las sorpresas agradables del Mallorca está siendo Timon.
-Le he visto algún partido. Está haciendo grandes paradas y creo que va a ser un gran portero, pero hay que ir con cuidado. Es joven y hay que ser paciente cuando cometa errores.
