Si la actuación de Campabadal fue la mejor como jugador del Mallorca, la de Joan Oriol fue la peor con diferencia. Pasó un auténtico calvario con Jean Luc, que hizo lo que quiso con el lateral catalán, que se las veía y deseaba para frenar al extremo del Nàstic. Le costó mucho adaptarse al tono del partido. Jean Luc, escurridizo y veloz, fue una de las claves de la victoria del Nàstic y, consecuentemente, de la derrota del Mallorca. El gol llegó por su banda. Oriol, lento ayer, falló una vez más para que De la Espada marcara el tanto que condenaría a los rojillos a una nueva derrota. Hasta ayer, Oriol había sido una de las pocas sorpresas agradables de la gran cantidad de refuerzos del equipo. Se ha hecho con una demarcación maldita para el Mallorca en las últimas temporadas. Habrá que esperar que lo de ayer solo haya sido un accidente.
