El juicio por el pacto de sindicación firmado entre el expresidente del Mallorca Biel Cerdà y el exmáximo accionista de la entidad Llorenç Serra Ferrer en julio de 2013 quedó ayer visto para sentencia. La sala 112 del Juzgado de lo Mercantil de Barcelona era donde se tenían que ver las caras de nuevo dos examigos del alma y ahora enemigos irreconciliables, pero Cerdà no se presentó al juicio en el que demanda doce millones de euros por la nulidad del pacto, alegando que ya declaró en su día.

Serra Ferrer presentó como testigos para justificar la nulidad del pacto de sindicación al que fuera presidente y consejero delegado del Mallorca Mateu Alemany; al también expresidente Jaume Cladera; al exconsejero Miquel Coca y al que fuera secretario del Consejo Pep Carbonell. Por parte de Cerdà se presentaron el actual presidente y propietario de la entidad mallorquinista Utz Claassen; el consejero Miguel Blum; el director general Juan Barrios y el que fue director general en la época de Cerdà José María Duran.

Los testigos fueron pasando uno a uno respondiendo a las preguntas de los abogados de ambas partes, Josep Senespledas por Cerdà y Joan Buades por Serra Ferrer. A la salida del juicio, Buades justificó la nulidad del pacto "porque es demasiado desequilibrante, tanto para Serra Ferrer como para el club, que quedaba al manejo de los dos, y no lo digo yo, me lo ha dicho Claassen", comentó a IB3 Televisió. Según el pacto, Serra Ferrer debía pagar tres millones de euros a Cerdà cada vez que incumpliera la disciplina de voto. En julio del pasado año, el exmáximo accionista, que vendió a Claassen su paquete accionarial el pasado diciembre, pidió "perdón a la afición por haber traído a Cerdà al Mallorca". Ayer se cerró el último capítulo de la historia de una enemistad, del que se sabrá el desenlace en 45 días.