Tremendo correctivo el inflingido por el Binissalem frente a un Mallorca B que ayer fue toda una verbena en defensa (1-4). El primer gol visitante, en un error garrafal de marca sobre Toni Oliver, el segundo, de libre indirecto tras regalo en forma de cesión sobre Benji y el cuarto, mirando la defensa rojilla cómo la pena máxima lanzada por Miguel López, y que rechazaba Benji, era recogida por Tomeu Riutord para fusilar el marco rojillo ante la pasividad de la zaga local, reflejan lo que fue el olvidable partido en defensa de un Mallorca B en el que solo Mateu Ferrer -otro gol más- cumplió con su papel. El Binissalem, formidable en su planteamiento y actitud, fue ayer de largo mucho mejor ante el filial mallorquinista.