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Análisis

El fútbol está loco, loco, loco

Si el Real Madrid se iba a gastar dieciocho millones de euros para fichar a un portero que queda libre dentro de un año, ya poca cosa nos puede sorprender de este loco mercado de fichajes al que vendría de perlas el título de aquella vieja película dirigida por Stanley Kramer hace más de cincuenta años con sólo cambiar 'el mundo' por el fútbol.

El Mallorca, por no apartarnos de lo que nos es más próximo, ha fichado a cuatro defensas centrales para que, al final, tuviera que jugar el que ya estaba en casa: Kasim. Me pregunto si es mejor política formar a jugadores del Celta que a los propios. Dicho sea sin la menor intención de menospreciar a David Costas.

También se ha hecho con la cesión de tres brasileños que a última hora de ayer por la tarde andaban "tuiteando" sus vicisitudes: "Ahora me han inscrito, ahora no". Y eso que en la era de internet sólo los tránsfers misteriosos tardan más de la cuenta en llegar. El fax es una anticualla.

Reflexiono mientras los tenderetes ultiman sus últimas compraventas y, aparte del exceso de centrales, la plantilla se compensa con al menos dos futbolistas por demarcación. Se queda cojo el lateral zurdo, sin recambio para Oriol salvo que Company ejerza de comodín en cada banda. Mientras el medio de cierre, Yuste ya no estará solo con la llegada de Sissoko.

Toda vez que los croupiers han cantado el no va más, se impone un primer análisis. El de verdad aún tiene que esperar. Este equipo no era tan malo como en Alcorcón, ni tan bueno como pareció de inicio el domingo ante un flojo Ponferradina. Sin olvidar que la valoración depende necesariamente del objetivo y aquí se ha vendido que no hay otro que el ascenso. No se nos olvide.

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