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La Libreta

No ha hecho más que empezar

Javi Ros.

De acuerdo. Esto no es como empieza, sino como acaba, pero... Seamos serios. Ferrer se ha pasado la pretemporada con "buenas sensaciones" y ayer vio "cosas buenas" donde la mayoría no vimos nada. O, mejor dicho, sí: un portero y una defensa reencarnados en la duda, un centro del campo frágil y a ratos desaparecido, sin conexión con una vanguardia incapaz de encarar la portería. Enormes deficiencias corregidas y aumentadas desde el despropósito de una alineación seguramente justificable, pero que no auguraba nada diferente a lo ocurrido. Es pronto, muy pronto, y queda margen temporal de mejora, pero si uno empieza engañándose a sí mismo la pendiente se empinará cada vez más. Y lo peor es que casi nadie se ha sorprendido.

Se ha instalado el recelo desde que fichajes sin currículum o de trayectorias equívocas se han presentado como grandes refuerzos. Claassen ha dicho públicamente que han llegado los cabeza de lista consensuada con Nadal. A partir de ahí nos preguntamos cómo serían los segundos o terceros de cada serie. Sin embargo esta reflexión ya no procede. En el vestuario de un club modesto, y el Mallorca lo es, no caben once estrellas, ni cinco. Sí deberían tener cabida futbolistas capaces de elevar el nivel de sus compañeros. Con Asensio, Xisco pareció mejor delantero de lo que en realidad es y Nunes acabó haciendo de Ramis o Bigas buenos centrales. Ahora faltan espejos, gente de mayor calidad que consiga extraer los mejor de aquellos que no la tienen. Aquí se igualan en la mediocridad.

Todos los clubes de fútbol tienen una normativa de régimen interno, pero no la hacen pública por respeto a quienes se ven obligados a cumplirla, ni presumen de algo tan elemental. Después se podrá discutir si una regla es más ridícula que otra, alguna de ellas por simple obviedad, pero lo grave es que en vísperas del primer partido de Liga se hable más de eso que de fútbol y del rival y que el aficionado de a pie se queda con la idea equivocada de que los profesionales son tipos de feas costumbres como apropiarse de un rollo de papel higiénico. El reglamento interno debe hacer honor a su condición y no someterlo a consideraciones ajenas que no conducen absolutamente a nada ni obedecen a ningún objetivo comprensible.

En una semana se cierra el mercado. Puede que Tobías sea en un futuro mejor que Truyols, al que se pretende dar la baja. Hoy no es así. En las actuales circunstancias se me antoja una temeridad hasta prescindir de Agus. La misma opinión es extrapolable a Joselu y hasta me atrevo a sugerir que Javi Ros, inocuo capitán, tiene menos fútbol que Tià Sastre o Damià Sabater. Vale, no comparemos. Quiero decir que hasta el próximo lunes se pueden cerrar operaciones y si yo fuera el dueño del club me preocuparía de encontrar esa columna tan necesaria -defensa central, pivote y delantero centro- antes de esperar a enero. Sin alharacas ni fuegos de artificio. Eso alimentaría nuestras esperanzas decaidas y la fe que nunca hemos sentido.

Con un canto en los dientes se han dado en Lloseta y en los aledaños del Estadio Balear conocidos como Son Malferit. Con Nico López cambiado de banquillo, los vecinos de Consell y Alaró dan por bueno su estreno en la categoría. Igualmente satisfechos andan los blanquiazules de Siviero, cuyo empate en campo ajeno, deja expectativas abiertas por ser el anfitrión quien era y la oportunidad de triunfo. El Mallorca B, por su parte, regresó al infierno del que había escapado circunstancialmente incluso por vía administrativa. Se impuso en Sóller con autoridad manifiesta. Lo mínimo que se le puede exigir.

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