Al menos se va pergeñando el dibujo. El veterano Coro viene a formar una dupla con Acuña para compensar los goles que la pasada temporada marcó Xisco. Aporta experiencia en ataque, oportunismo y, en todo caso, deja abierta la pequeña duda de su temporada casi en blanco en el Elche. Eso sí, en Primera División que no es lo mismo. Sigue faltando el director de la orquesta, un papel que está reservado para Javi Ros que, sin embargo, no ejerció como tal en el campeonato precedente y al que, en mi opinión, falta peso específico.
Tià Sastre debería competir para el puesto, pero antes de lanzar las campanas al vuelo con los chicos del Mallorca B, no olvidemos que bajaron a Tercera División después de una pájara espectacular e incomprensible en la segunda mitad de la Liga.
Otro rol, el de líder, se la adjudica a Aveldaño a falta de futbolistas de marcado carácter. También tiene la edad suficiente pero, como en la mayoría de los casos, aún han de transcurrir dos meses para valorar adecuadamente su rendimiento y las funciones de cada uno de los integrantes de la plantilla.
Ni la confrontación ante el Herenveen en Holanda, ni la del martes en Palma contra el Levante constituyen la menor referencia. Hace un año la víctima, en el Trofeo Ciudad de Palma, fue el Getafe. Nos la prometíamos tan felices y para junio la camisa no nos llegaba al cuerpo. Por cierto, la fecha más tradicional del 14 de agosto, víspera de festivo, se me antoja más apropiada que en medio de la semana, el martes 11 y con la Supercopa televisada como importante inconveniente.
Claro que el torneo estival por excelencia conoció mejores épocas de la mano de promotores como fueron Guillermo Oliver o José Buades Costa. Ha llovido mucho, tal vez demasiado, desde que el Real Madrid, el Barça, el Valencia y encopetados equipos extranjeros, llenaban las gradas del ya derruido Lluís Sitjar. Cualquier tiempo pasado...
