Apesar de tener que insistir en evitar cualquier tipo de conclusión precipitada tanto para lo bueno como para lo malo, el primer partido de pretemporada que hemos podido ver revela con cierta claridad las intenciones de Ferrer. Lo que el Chapi quiere de este equipo es que presione en todo el territorio, empezando desde arriba, recuperar el balón lo más arriba posible y juntar mucho las líneas a la hora de defender.
En otros partidos veraniegos ha ensayado una variante con tres defensas centrales que, según se vislumbra, dejará paso a un sistema más clásico con dos pivotes y tres hombres por detrás del jugador más adelantado. Prima el conjunto sobre las individualidades, sin una referencia ineludible, estilo Marco Asensio, sino bajo el lema de que todos juegan para todos. A esta pequeña amalgama de factores hay quien la resume con una sola palabra: intensidad.
Que el portero del Mallorca intervenga poco suena bien, aunque tampoco se obligue demasiado al guardavallas adversario. El profesor Balmanya, don Domingo, solía decir que el deber prioritario de cualquier equipo consiste en mantener su portería a cero porque para batir al enemigo siempre se presenta alguna oportunidad.
Otra cuestión a considerar es la presencia del tándem Gálvez-Alfonso en el cuerpo técnico. Ambos hicieron muy buen trabajo en el Juvenil División de Honor y la función del madrileño, ojo avizor desde la grada, aporta una perspectiva distinta posicional y técnicamente.
Por ahora, el trabajo a pie de campo se desarrolla bajo el prisma de la seriedad y el pragmatismo que se echa de menos en otras áreas. Sucede lo mismo en otros clubs, pero esto es otra historia que no viene a cuento.
