Salvo que la dirección deportiva dé un improbable giro de 180 grados, Miquel Soler dirigirá el domingo en Miranda su último partido en el banquillo del Real Mallorca. El club asume que el catalán ha hecho un buen trabajo técnico, pero ha fracasado en la gestión del grupo.

El Nanu es consciente de que apura sus últimos días en el cargo, aunque todavía no ha recibido confirmación oficial de Miquel Àngel Nadal. "Puede que haya sido mi último partido en casa", dijo resignado el preparador bermellón después de perder ante el Girona el pasado domingo.

El futuro del preparador está lejos del banquillo, pero eso no significa que vaya a abandonar el club. Tanto Utz Claassen como el director deportivo barajan la idea de incorporar al catalán a la secretaría técnica para confeccionar el equipo de la próxima campaña.

El Mallorca busca un motivador, un entrenador que además de ser capaz de sacar el máximo rendimiento a la plantilla de la próxima temporada, contagie intensidad y confianza en un vestuario que este curso bajó los brazos mucho antes de que terminara la competición.

Claassen y Nadal saben que es capital no equivocarse con la elección del entrenador del Centenario y que llegará con la exigencia de pelear por el ascenso. El tope salarial que impone la Liga no permitirá refuerzos de campanillas, por eso se exigirá al nuevo técnico que le saque todo el jugo que se pueda a una plantilla en la que no habrá grandes nombres.

Soler también ha fallado en eso. Ha tenido a su disposición a varios futbolistas que marcan la diferencia en la categoría y eso no se ha traducido en resultados. El caso más notorio es el de Marco Asensio. Testarudo, le enclaustró en una banda durante muchas jornadas hasta que al final tuvo que admitir que donde mejor rendía era jugando por dentro.

Soler se despedirá en Miranda con peores números que los de Valeri Karpin, al que relevó en febrero. Tomando como referencia los diecisiete partidos que ha dirigido el Nanu, y comparándolos con los que lideró su predecesor en la primera vuelta, el balance es de dos puntos menos para Soler. Y eso que el catalán se puso al mando de un Mallorca reforzado con Xisco, Yuste y Joselu, futbolistas de los que Karpin apenas pudo disfrutar.

Valeri Karpin le ha ganado la partida a Soler, con dos puntos más.

Los resultados no han respaldado a un entrenador que ha evidenciado una notable falta de 'feeling' con los futbolistas y no ha encontrado las herramientas para motivarlos en los momentos más delicados de la temporada. Esa falta de liderazgo irritó especialmente a Claassen, que se vio obligado a arengar a los jugadores hasta en dos ocasiones. El alemán considera que esa era la tarea del entrenador.

El Nanu regresó al Mallorca todavía herido por su fulminante despido en agosto, cuando el entonces mánager general Dudu Aouate prescindió de sus servicios para contratar a Karpin. Aquello agrió a Soler, que encaró su regreso al banquillo bermellón con mucha negatividad.

Las inexplicables rotaciones y los continuos cambios de sistema distanciaron al entrenador de los pesos pesados del vestuario. La derrota ante el Alavés provocó las críticas públicas de Xisco y Joao al Nanu y desde entonces la fractura entre técnico y jugadores se hizo evidente.

El último capítulo lo protagonizó Albert Riera cuando se declaró en rebeldía.