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Preferiría no hacerlo

Efímera ilusión

Es insólito que aquel Mallorca reforzado con un cambio de entrenador y los refuerzos invernales se haya quedado en la cuneta en solo dos semanas

Qué poco le duran los momentos dulces al Mallorca. El sueño de la sexta plaza se ha desvanecido sin haber tenido tiempo para paladearlo. Dos derrotas consecutivas, ante dos rivales netamente inferiores en talento y en presupuesto, han acabado con la efímera ilusión de jugar la promoción de ascenso. Es insólito que aquel equipo fortalecido con el cambio de entrenador y los refuerzos invernales se haya quedado en la cuneta. La primera debacle se justificó por la falta de intensidad y la segunda por el árbitro. O sea, que la vida sigue igual para este Mallorca pasmado e incapaz de agarrarse más de dos semanas a una fantasía, por muy improbable que fuera. Acabará la temporada en tierra de nadie y encadenando un nuevo fracaso.

Una tomadura de pelo

El despiste de la defensa en el gol de la Llagostera es un disparate más. El árbitro se armó un lío, pero futbolistas profesionales no pueden perder de vista nunca la pelota. Hasta un equipo de alevines se habría aprovechado de la empanada mental del Mallorca para marcar ese tanto y adjudicarse la victoria. El grupo bermellón ha sembrado el camino de despropósitos desde que descendió a Segunda. Son ya 72 jornadas sin haber pisado los seis primeros puestos, una tomadura de pelo habiendo sido el mayor presupuesto de la pasada temporada y el cuarto de la presente.

Otro proyecto a la basura

La temporada ha terminado para un Mallorca que no vivirá grandes emociones ni por arriba, ni por abajo. Miquel Soler ha vuelto al ´partido a partido´. Es decir, una rendición que ha llegado mucho antes de lo previsto. Otro proyecto muy por encima de la media de la categoría que se va al cubo de la basura. Menos mal que en el club siempre reinó el escepticismo acerca de la posibilidad de subir este curso a Primera y hace tiempo se empezó a trabajar en el proyecto de la próxima temporada, cuando con la excusa del Centenario se intentará insuflar algo de esperanza entre una tropa desmoralizada.

Incógnitas

Una de las primeras incógnitas que habrá que resolver es la continuidad de Miquel Soler. El técnico catalán tiene poco tiempo para acumular méritos y las dos últimas derrotas han dañado considerablemente su imagen. Las innecesarias rotaciones de hace una semana, y su incapacidad para acoplar a Marco a su sistema, lastran las opciones del técnico catalán de cara a futuras aventuras. Todo dependerá de lo que suceda en las próximas semanas: queda terminantemente prohibido dejarse llevar pese a que el curso está virtualmente acabado para el Mallorca.

Cuestión de honor

Al Real Madrid se le escapaba la Liga desde que empezó 2015, de manera lenta pero inexorable. Los blancos dieron la bienvenida al Año Nuevo y murieron de éxito tras su brillante 2014. Los hombres de Ancelotti salieron del Camp Nou con el honor intacto, el ´golaverage´ ganado y el título perdido. Lo tiene en la mano el Barcelona, que juega a ratos y casi siempre saca beneficio de su tridente atacante. El último Clásico de la temporada, con permiso de la Champions.

Todavía lejos de los títulos

Milos Raonic fue un hueso demasiado duro de roer para un Rafel Nadal que todavía anda buscando un nivel óptimo que le permita mantener el pulso en duelos exigentes. El manacorí va recuperando sensaciones y mejora en su juego, pero sigue lejos de los títulos importantes. Sigue con su particular pretemporada con el objetivo de llegar a Roland Garros a punto para defender su corona.

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