Diario de Mallorca

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La crónica

Victoria y buen juego para creer en algo grande

El Mallorca suma su 2º triunfo consecutivo con un canto al fútbol colectivo - El equipo rojillo pasa por encima del Barça B en la 1ª parte con un gol en propia puerta y otro de Xisco

El Mallorca de Miquel Soler sumó su segunda victoria consecutiva con un canto al fútbol colectivo. Solidaridad por bandera, es la nueva hoja de ruta del nuevo técnico mallorquinista, que quiere un equipo y no una suma de individualidades, como era hasta ahora. Las bajas de Cendrós y Bigas, que tanto pánico dieron durante la semana, fueron suplidas por Company y Agus de manera brillante. No se notaron las ausencias de los titulares, lo que supone la mejor noticia para lo que realmente quiere Soler.

El Mallorca se llevó un partido loco, de ida y vuelta, seguramente lejos de lo que pretendía el técnico catalán del Mallorca. En la primera parte el conjunto rojillo, ayer de blanco, fue un equipo con mayúsculas. Los jugadores afrontaron el partido con la lección bien aprendida. Las consignas de Miquel Soler quedaron claras desde el primer momento: defensa adelantada, presión asfixiante al rival y salidas rápidas a la contra. Desde el primero al último se aplicaron en la tarea. Los mismos jugadores que hasta hace dos semanas deprimían con su fútbol dieron toda una lección en todos los sentidos. El equipo funcionaba como un reloj en todas las zonas del campo. En defensa, Truyols y Agus estaban muy lejos de ser la pareja del principio de temporada, que fallaban partido sí partido también; en el centro del campo, un omnipresente Yuste y un trabajador Joao se bastaban para frenar a Samper, Cámara y compañía; y delante sobresalió el trabajo a destajo de Pereira, Xisco, Arana y Joselu, partícipe este en los tres goles del Mallorca.

Tantas cosas buenas solo podían conducir al gol. Y llegó en el minuto 23. Es verdad que de manera afortunada. Un saque de esquina botado por Arana acabó en la cabeza de Joselu. El remate de éste, que se iba fuera, se encontró en su camino con Grimaldo, que introdujo el balón en su portería. Como ante Osasuna la semana pasada, el segundo gol llegó de inmediato. Joselu, el mejor del partido, cedió el balón a Xisco al borde del área. El punta mallorquín, de sangre caliente -lo que le costó una tarjeta de forma absurda- empalmó con la zurda de tal forma que quitó las telarañas de la portería de Suárez. Antes de la media hora el partido parecía encarrilado. Pero al mismo le faltaba mucha historia.

Cinco minutos antes del descanso se produjo una jugada que cambiaría el rumbo del partido. El penalti, que solo vio el trío arbitral, de Arana sobre Adama, la pesadilla de la defensa mallorquinista. No hubo intención en el 17 rojillo, cuyas piernas se cruzaron en el camino de las del delantero azulgrana. Penalti y un gol que hizo creer a los locales en la remontada.

El empate llegó a veinte minutos del final. Hacía tiempo que el Mallorca no era el de la primera parte. Cansado por el gran esfuerzo de antes del descanso y acuciado por el marcador ajustado, de nuevo Adama se inventó una jugada por la banda de Gulan y su centró lo remató Grimaldo. El Barça B había empatado y todo apuntaba a que iría a por el tercero. El Mallorca estaba tocado. Pero dos minutos después del empate azulgrana, llegaría una acción que fue determinante para la suerte del partido. Joselu, protagonista absoluto en tres de los cuatro goles del equipo, fue objeto de penalti, también dudoso. El delantero andaluz se hizo dueño del balón, dejando claro a sus compañeros que, ausente Arana del terreno de juego -acababa de dejar su sitio a Marco-, el penalti lo lanzaba él. Y lo hizo muy bien, a la izquierda de Suárez y fuera de su alcance. La guinda la puso Marco con el tiempo cumplido con un lanzamiento de falta espectacular.

Es verdad que no hay que lanzar las campanas al vuelo. Sólo se han conseguido dos victorias en los tres partidos con Soler en el banquillo. Pero lo mejor es cómo han llegado éstas, con un juego convincente, siendo dueño del balón e imponiendo su jerarquía sobre el rival. El domingo llega el Zaragoza, el sexto clasificado, ahora sí el objetivo de este Mallorca transformado.

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