Todo le iba bien a Gulan, como al resto de sus compañeros. Hasta que Adama, el mejor jugador del filial azulgrana, se internó por su banda a pocos minutos de llegar al descanso. El serbio cubría su banda, pero fue ayudado de mala manera por Arana, que cometió penalti. Pero lo peor estaba por llegar para Gulan, que pasó un calvario en la segunda parte, de nuevo por culpa de un Adama que hizo lo que quiso con un defensa cada vez con menos prestaciones. El empate azulgrana llegó, cómo no, por su banda, cuando Adama, sin oposición, centró al balcón del área para que Grimaldo rematara a placer. Soler había apostado por el balcánico por ser más defensivo que Saborit. La jugada le salió bien a medias, aunque al final, Gulan, como el resto de sus compañeros, tuvo motivos más que suficientes para celebrar una victoria totalmente merecida.