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Serra y Cladera defienden sus números

El director deportivo y presidente del Mallorca en la temporada 2011/12 atribuyen a "imprevistos de un club de fútbol" el desvío de ocho millones en el juicio por la demanda de acción social de Claassen

Serra Ferrer y Jaume Cladera, ayer en el juzgado de lo Mercantil. G.B.

El juzgado de lo Mercantil número 1 de Palma acogió ayer el primer día de juicio por la demanda de acción social que interpuso Utz Claassen contra Llorenç Serra Ferrer y Jaume Cladera, a los que pide el reintegro de ocho millones de euros al Real Mallorca fruto de un desvío presupuestario en la temporada 2011/2012.

Serra Ferrer (en aquella época director deportivo) y Jaume Cladera (presidente) atribuyeron aquel sobregasto a los "imprevistos" del fútbol y señalaron al entonces director general Pedro Terrasa -adherido a la demanda de Claassen- por haber sido el responsable de la confección de aquel presupuesto.

"En cualquier equipo de fútbol hay ingresos y gastos imprevistos. Jugadores lesionados, cambios de entrenador... Es muy complicado cerrar un presupuesto de un club de fútbol", declaró Serra Ferrer, defendido por Julián Carnicero. En cualquier caso, aseguró que todos los consejeros tuvieron conocimiento de que los números no cuadraban ya en febrero de 2012 porque "Pedro Terrasa advirtió al Consejo de un desfase de cinco millones de euros y pidió que cada departamento del club buscara soluciones".

Una de las operaciones que contribuyeron al desfase fue la destitución de Michael Laudrup a comienzos de aquella campaña (cobraba 600.000 euros) y el nombramiento de Joaquín Caparrós (un millón de euros). Con el nuevo técnico "el Mallorca jugó una temporada magnífica", dijo Serra. "Los gastos de su contratación se compensaron porque los jugadores se revalorizaron", añadió.

Tanto el exdirector deportivo como Cladera defendieron que los administradores concursales que entonces tutelaban la institución aprobaron cada euro que se gastaba. Estaba prohibido que el gasto deportivo superara el setenta por ciento de los ingresos seguros. Serra aseguró que nunca se traspasó esa barrera porque el gasto de su departamento "ascendió a 18 millones de euros y se ingresaron 24.700.000 euros".

El entonces presidente recordó que el gasto se disparó porque "casualmente una empresa alemana, Delta Sport, impugnó el convenio de acreedores, lo que supuso alargar el proceso y medio año y más gasto".

También salió a colación el caso Alfaro. Todos los testigos coincidieron en señalar que fueron el origen de "las tensiones" entre Serra y Terrasa, y la posterior "marginación" del director general que acabó con su destitución.

Hay que recordar que el Mallorca pagó 750.000 euros al Sevilla por Alfaro y otros 500.000 euros a Impera, una empresa de representación. Terrasa alertó de una posible irregularidad, lo que obligó a los administradores a estudiar el documento.

Durante aquel ejercicio se diseñaron hasta tres presupuestos de gastos que oscilaron entre los 32 y los 34 millones de euros. El actual director general y en aquella época gerente, Juan Barrios, testificó a petición de Claassen y tuvo muchos problemas para explicar por qué esas variaciones en unos presupuestos que él diseñó. "No me lo explico", llegó a decir a preguntas de Carnicero.

Mateu Alemany admitió que los presupuestos en los clubes de fútbol son "elásticos".

El juicio continuará hoy con la declaración de los administradores concursales.

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