Mientras el presidente de infausto nombre y peor recuerdo se permitía representar al club en la Asamblea de la LFP celebrada en Vigo, Marco Asensio, recién llegado de su primera experiencia internacional, le dejaba de nuevo en evidencia recordando que, tal como ya explicó su representante, nunca se ha planteado denunciar su contrato con el Mallorca. De paso advirtió su deseo de que el inevitable traspaso genere un beneficio exclusivamente en la tesorería rojilla. En resumen, todo un torpedo a la línea de flotación del binomio antinatura Cerdà-Claassen, impasible el ademán. No confundir con el alemán.

La perla no soltó prenda sobre su futuro e hizo bien. Nos esperan muchas semanas de especulaciones en las que será entretenido ir escuchando, viendo y leyendo cuántos clubs se interesan por sus servicios. Tras su paso por Grecia con la sub'19 pasarán de la docena entre españoles y europeos. Y entre ellos seguramente algún director deportivo de la Bundesliga. Veremos.

Me despreocupo del asunto en tanto en cuanto no se marche hasta finalizar la temporada. Claro que a más tiempo y riesgo de lesión, menor oferta. ¡Temblemos!

Y ya instalados en la zozobra, el causante de mi desasosiego se llama Joao Víctor. Podemos pasarnos quince días sin salir del debate de su sustitución forzosa. Todo apunta a Martí, igual que la de Marco conducía a Fofo en mala hora. Pep Lluís, que ya había puesto sus barbas a remojar tras ver afeitar las de Nunes, no está para muchos trotes.

Y ¡ojo! Merece una inclinación del sombrero. Pero para dos partidos seguidos y asumir el equilibrio defensivo del equipo.... no sé. Las cosas siempre se complican y es cuando el viento sopla a favor que hay que temer el temporal.