El matrimonio Claassen, formado por Utz y Annette, dieron ayer un paso más en su intento de hacerse con el control absoluto del Real Mallorca. A menos de una semana para que se celebre la Junta General de Accionistas, donde se debe abordar la ampliación de capital de dos millones de euros que aprobó el Consejo de Administración del club, los Claassen hicieron ayer oficial, ante notario, la compra del 25 por ciento de las acciones del hasta ayer consejero Pedro Terrasa.

El matrimonio Claassen ha pagado 1,8 millones al mallorquín por este porcentaje. El veinte por ciento corresponde a Annette, a nombre de la sociedad Fútbol Yaya, y el cinco por ciento restante a Utz, por lo que ya poseen el 45 por ciento del total de los títulos.

Esta maniobra, cantada desde hace semanas solo a la espera de la firma, coloca a Claassen en una posición de fuerza de cara a la Junta General de Accionistas. El alemán, que el pasado día 15 confirmó que iría a la ampliación de capital, deberá colocar cerca de 900.000 euros. La duda estriba en qué hará Serra Ferrer, que deberá poner un millón sabiendo que seguirá sin el control de la entidad por la 'pinza' que forman el alemán y el presidente Biel Cerdà.

Claassen, que desde que se ha erigido en el hombre fuerte del club ha ido de tropezón en tropezón -el último el pasado 27 de octubre cuando menospreció a los más de dos mil mallorquinistas que se manifestaron exigiendo la salida de toda la directiva-, va a por todas y no se detendrá hasta ser el dueño del club.

El movimiento de ayer deja prácticamente en fuera de juego al italiano Filippo Ghirelli, el último de los aspirantes a hacerse con un club prácticamente en bancarrota. Con el 45 por ciento en su poder y tras desembolsar 1,8 millones, se hace difícil pensar que Claassen se desprenda ahora de sus acciones, salvo que Ghirelli le ofrezca una cantidad irrechazable.

Si difícil es un acuerdo con el alemán, tanto o más con Serra Ferrer y Cerdà, ligados por el pacto de sindicación que obliga al futuro comprador a llegar a un acuerdo con los dos.

La Junta del próximo lunes es clave para conocer quién regirá los destinos del club a partir de ahora. Si Serra Ferrer decide no acudir a la ampliación, Claassen será el nuevo dueño del Mallorca con todas las consecuencias. Ya no necesitará a Cerdà, que ha anunciado su salida, para sacar adelante sus propuestas.