Superado por la responsabilidad de sustituir a Marco Asensio y la falta de ritmo de competición, Fofo desaprovechó su gran oportunidad para reivindicarse. Su nula influencia en el juego agrandó la diferencia entre el Mallorca de Marco y el que se las tiene que apañar sin él. El grupo de Karpin fue un equipo en blanco y negro, muy necesitado de las pinceladas de color del canterano. Y Fofo, que había recuperado la titularidad cinco jornadas después, volvió a decepcionar.

A comienzos de la segunda mitad ya estaba claro que no era un partido para el ex de la Ponferradina, especialmente porque para entonces el Alcorcón ya lo convirtió en una guerra de guerrillas. A los 62 minutos Karpin decidió relevar a Fofo, falto de espacios y confianza, por un Abdón que tampoco fue capaz de dar otro aire al ataque.