El director general del Real Mallorca, Juan Barrios, alertó ayer en un correo electrónico enviado a los miembros del Consejo de Administración de la crítica situación económica por la que atraviesa la entidad balear y advirtió de que, si no se pone remedio, será imposible afrontar las nóminas o los pagos a la Seguridad Social a finales de septiembre.

"Les manifiesto de nuevo mi preocupación por la situación de tesorería del Club. Como bien saben ustedes desde hace unos meses no podemos hacer frente a la totalidad de pagos, debiendo escoger aquellos que, por su naturaleza, su impago nos conllevaría a asumir problemas mucho más graves", señala Barrios en su escrito a los consejeros.

"Para finales de este mes de septiembre, suponiendo que debemos hacer frente a lo mínimo (nóminas, IVA, IRPF y Seguridad Social), y dejando de lado pagos a proveedores/acreedores, todo ello nos obliga a cobrar de aquellos clientes el 100% de lo que adeudan al Club. Cualquier retraso en estos cobros (cosa por otro lado previsible) significaría automáticamente que el Club no podría hacer frente a ese mínimo de pagos este final de mes de septiembre", añade el director general.

Barrios termina el correo reclamando a los directivos "medidas" para evitar entrar en una situación de impagos dentro de menos de tres semanas: "Por todo ello, tienen a su disposición en el Club el resumen de esa posición de tesorería, agradeciéndoles me indiquen, a la mayor brevedad posible, las medidas que ustedes consideren oportunas tomar para solventar esta situación".

No es la primera vez que el director general alerta de la casi total ausencia de dinero en la caja. En las últimas semanas todas las esperanzas de mejorar el panorama estaban depositadas en la adquisición de la mayoría accionarial por parte de Dudu Aouate y un grupo inversor que presuntamente le respalda y, también presuntamente, tiene capacidad para aportar una importante inyección de liquidez en la tesorería. Pero las negociaciones se han estancado y la posibilidad de que se formalice el cambio de propiedad se contempla ahora como algo muy incierto.

En caso de que finalmente se rompan las negociaciones, solo quedará la posibilidad de acometer una ampliación de capital. Otra opción incierta porque habría que ver cuántos accionistas acudirían a un desembolso de al menos cinco millones de euros. El pago sería proporcional en función del porcentaje accionarial de cada uno, por lo que Serra Ferrer, con un 48 por ciento de los títulos, debería pagar de su bolsillo cerca de 2,5 millones de euros.

´A priori´ este escenario no resulta atractivo para ningún accionista, que debería invertir en un club que a corto plazo necesitaría otra inyección de dinero para seguir funcionando y pagar el concurso de acreedores. No acudir a la ampliación significaría perder muchísimo peso accionarial.

Biel Cerdà ha ido dando largas a Barrios confiando en la venta a Dudu Aouate o en una sentencia favorable en el litigio con el G34 que reportaría al Mallorca 3,7 millones de euros. Pero no cristaliza ni una cosa ni la otra, y la situación ya es desesperada.