Marco Asensio volvió ayer a la realidad después de acariciar durante días su fichaje por el Barcelona B. Valeri Karpin dedicó una atención especial al futbolista en su primer entrenamiento desde el cierre del mercado de fichajes que supuso el final del sueño blaugrana.

El mediapunta se obliga ahora a disipar su desencanto por no haber podido subirse al tren culé y poner de nuevo sus cinco sentidos en un Mallorca que ha protagonizado un arranque de competición muy errático.

Más difícil será superar su enfado por el hecho de que el club no le pusiera ni una sola facilidad a su traspaso. Ni Marco, ni su entorno, olvidan que el exdirector deportivo Toni Prats prometió abrirle la puerta de salida se aparecía un equipo grande. Dudu Aouate no asumió ese compromiso y se remitió en todo momento a la cláusula de rescisión de 4,5 millones de euros, excesiva para un Barcelona que acabó retirando la oferta.

Aouate prometió al jugador una notable mejora de contrato que incluía hacerle una ficha profesional. Pero eso significaría elevar su cláusula y es una incógnita si el futbolista aceptará. O si volverá a expresar su deseo de irse si en el mercado de invierno aparece una propuesta atractiva.

Karpin, exfutbolista, se puso en la piel del canterano y mantuvo una conversación con él, dedicándole varios gestos cariñosos. En el club se habla de un jugador muy maduro para su edad, 18 años, pero necesitará tiempo para asumir su descenso de la nube en la que se había instalado.

Saborit se recupera

Por otro lado, Enric Saborit se entrenó ayer con normalidad, por lo que si no surgen problemas de última hora estará por primera vez a disposición de Karpin para jugar el domingo en Leganés.