"Es una nueva era, estoy con mucha ilusión y contento". Es la primera vez que Dudú Aouate ya no habla como futbolista, sino como manager general y consejero del Real Mallorca. Tras apenas una hora de Consejo de Administración en el Iberostar Estadio, el israelí estrenó su nuevo cargo, con el que ostentará todo el poder ejecutivo del club, aunque no será remunerado, como paso previo a convertirse en el propietario de la entidad con un 53 por ciento de las acciones.

De momento, el exjugador, que será presentado el lunes a las 11 horas en Son Moix, ya asumió ayer los galones porque su puesto le sitúa por encima del director deportivo, Miquel Àngel Nadal, y el director general, Juan Barrios. Además, se sentó en una de las sillas como representante de una de las sociedades de Serra Ferrer en sustitución de Carme Suau, un detalle que sorprendió porque después se tuvo que votar a sí mismo para nombrarse manager general. Biel Cerdà, Pedro Terrasa, Tolo Martorell y el propio Aouate fueron los que celebraron una reunión a la que no asistieron Llorenç Serra Ferrer, Utz Claassen y Miguel Blum. Eso sí, el hecho de que el hebreo sea consejero parece un gesto decorativo hasta que se certifique la cesión de acciones del pobler -48 por ciento- y la venta del todavía presidente -5,4 por ciento-.

Precisamente el pollencí reconoció ayer que "es cuestión de semanas" que se produzca el traspaso de sus acciones. Eso sí, a pesar de que Serra llegó a un acuerdo hace dos meses con el ya exportero, Cerdà defendió lo contrario. "Aouate y yo hemos hablado desde hace tiempo, hemos tenido desavenencias en la negociación, pero no puedo acabarla si no la termina con Serra, que tengo entendido que no está acabada. Si llega a acuerdo con Serra y resolvemos los flecos no hay problema para venderle mis acciones", explicó ayer tras el Consejo.

Además, Cerdà cambió su discurso hacia el proyecto que le presentó el exguardamenta. No hace ni dos meses acusó a Serra de acordar "una venta ficticia" con el hebreo. "He cambiado de opinión porque he visto la gente que está detrás de Dudú. Quiere liderar un proyecto muy serio y tiene gente que tiene capacidad para ayudarle, tanto a nivel económico, como de gestión y recursos deportivos. Es una figura que representa al mallorquinismo, tiene capacidad de trabajo y puede ser positivo", explicó.

El empresario ahora sí ve con buenos ojos, tras la venta frustrada hace semanas, recibir los 2,7 millones que le pone Aouate sobre la mesa para desvincularse del club. Incluso aseguró que estaría dispuesto a retirar las demandas presentadas contra Serra Ferrer, que alcanzan un valor de doce millones de euros. "Lo que queremos todos es sumar y si la tengo que quitar lo haré", subrayó. Cerdà, que no quiso analizar las consecuencias deportivas que supondrá el desembarco de Aouate, negó que la auditoría que ha encargado el Mallorca sobre el estado de las cuentas ralentice la venta. "No lo creo porque él sabe la situación económica de la entidad. Además, no es una auditoría sino un análisis de liquidez porque tenemos nuestros propios auditores y las cuentas expresadas tanto a 31 de diciembre de 2013 como 30 de junio de 2014 y entiendo que no es el problema, pero es algo que debe responder Aouate", señaló.

Comprar las acciones de Terrasa

Lo que es seguro es que de consumarse el cambio de propiedad, Utz Claassen y Pedro Terrasa pasarán a tener un papel simbólico dentro del Consejo de Administración. Incluso no es descartable que el israelí adquiera el 25 por ciento de las acciones del propio Terrasa, por lo que su poder todavía se elevaría mucho más.