Llorenç Serra Ferrer y Biel Cerdà quieren nombrar hoy a un manager general con el pretexto de que facilitará la gestión del Real Mallorca. En el club daban ayer por hecho que el elegido será Dudu Aouate, por lo que todo hace indicar que el máximo accionista y el presidente han llegado a un acuerdo con el israelí para venderle conjuntamente su paquete accionarial. De este modo, en los próximos días el israelí se convertirá previsiblemente en el propietario de la entidad balear con un 53 por ciento de las acciones.

El cargo de manager general situaría a Aouate por encima del director deportivo, Miquel Àngel Nadal, y el director general, Juan Barrios. El Consejo de Administración seguiría teniendo la última palabra a la hora de tomar decisiones, pero el israelí tendría mucho margen de maniobra con el apoyo de Serra y Cerdà.

La maniobra del máximo accionista y el presidente se interpreta como un primer paso para que Aouate adquiera la mayoría accionarial del Mallorca. Hace dos meses que Serra pactó una cesión gratuita de su 48 por ciento con el israelí, pero la venta se frustró cuando se rompieron las negociaciones con Cerdà, pese a que el guardameta le había ofrecido 2,7 millones de euros por su pírrico 5,4 por ciento.

Sin embargo, en los últimos días Cerdà y Aouate volvieron a hablar y todo apunta a que han llegado a un acuerdo. La sindicación entre el presidente y el máximo accionista les obliga a vender con el permiso del otro, y parece que este obstáculo se ha salvado.

Por otro lado, cobra un nuevo sentido la insistencia de Serra Ferrer en hacer una semana para que se aprobara una auditoría. Todo indica que el examen de las cuentas -que empezó el pasado miércoles- es en realidad una petición de Aouate.

El pobler pidió ayer un nuevo Consejo para nombrar a un manager general y Cerdà actuó con la máxima celeridad convocándolo para esta tarde.

De consumarse el cambio de propiedad, Utz Claassen y Pedro Terrasa pasarán a tener un papel simbólico dentro del Consejo de Administración.

También está por ver si el israelí tendrá suficiente músculo financiero para inyectar el capital que el Mallorca necesita a medio plazo para ser viable. El otro gran interrogante es qué pasará con Nadal y Miquel Soler, dos cargos de confianza de Claassen.