El Mallorca se está convirtiendo en un paraíso para los nostálgicos. Es imposible que el aficionado al fútbol mayor de 25 años no se acuerde de la categoría de Miquel Àngel Nadal en el centro de la defensa, las internadas por el lateral izquierdo de Miquel Soler, la garra por el derecho de Javier Olaizola y de los goles de Pepe Gálvez. El último que se ha unido a esta lustrosa nómina al servicio del Mallorca es Alfonso Pérez Muñoz, que curiosamente jamás vistió la camiseta rojilla pero sí la del Real Madrid, Barcelona, Betis y la de la selección española en 38 ocasiones. El madrileño, que da nombre al estadio del Getafe, hace tiempo que mostró su interés en trabajar en el club ya que tiene su residencia en la isla desde hace varios años, ya que trabajaba en un grupo inmobiliario.

Alfonso va a ser el ayudante de Gálvez en el juvenil de División de Honor, una experiencia que puede ser muy útil para las promesas del Mallorca. Su currículum es envidiable. Fue internacional absoluto desde el 9 de septiembre de 1992 en un partido ante Inglaterra aunque su mayor logró con la elástica nacional se produjo unos meses antes al conquistar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona, junto a los mallorquines Gabi Vidal -también en el club- y ´Chichi´ Soler. Marcó once goles con España y fue de los elegidos para tres campeonatos importantes: la Eurocopa de 1996, el Mundial de Francia 98 y la Eurocopa del año 2000. A buen seguro que será un referente para los chavales en los entrenamientos en Son Bibiloni, con los que podrá compartir su experiencia de tantos años como profesional.

En esta etapa en la elite se enfrentó numerosas veces con Miquel Soler, que es desde el viernes el entrenador del primer equipo. El ´Nanu´ es historia viva del fútbol español. Es el quinto futbolista con más partidos en la Liga, con la friolera de 504 en siete equipos diferentes. En sus veinte años como profesional puede presumir de ser de los pocos que ha defendido el escudo de los tres grandes -Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid-.

Además, también jugó en el Espanyol, donde se formó, Sevilla, Zaragoza y Mallorca, con el que consiguió las dos mejores clasificaciones de los rojillos, en la 1998/1999 y 2000/2001, con dos terceros puestos, bajo las órdenes de Héctor Cúper y Luis Aragonés. Además, también disputó la final de la Recopa en 1999 e incluso la Liga de Campeones. Soler conquistó dos Ligas, dos Copas del Rey -una de ellas la de 2003 como bermellón, aunque no jugó-, dos Supercopas de España -una como mallorquinista-, una Recopa, una Supercopa de Europa y fue nueve veces internacional con España.

En el vestuario coincidió con Javier Olaizola, que también jugó nueve temporadas en el Mallorca. Le han premiado con el banquillo del filial después de ser el artífice, junto a Pep Alomar, de la salvación del primer equipo en las últimas tres jornadas. Muchas voces apuntaban que merecía seguir en el mismo puesto, pero el vasco, que dirigía al cadete B, ve el filial como una buena oportunidad para seguir creciendo como preparador.

Jamás llegó a ser internacional, pero el mallorquinismo siempre recordará su sensacional rendimiento desde el lateral derecho, aunque alguna vez actuaba como central. Había debutado en la elite en el Burgos, pero llegó a la isla procedente del Eibar para escribir sus páginas más gloriosas. Ascendió a Primera con los bermellones y formó parte del mejor Mallorca de siempre, al igual que el ´Nanu´, con Cúper y Luis Aragonés. El vasco fue titular en las dos finales perdidas de Copa en 1998 y Recopa 1999, y no jugó la ganada en el torneo del KO en 2003. Su fuerte personalidad y su sacrificio era una de sus señas de identidad en el campo, ya que no era ningún virtuoso del balón. Precisamente no guardaba excesiva buena relación con su entonces compañero Miquel Àngel Nadal, aunque eso ya está zanjado, tal y como destacó el pasado jueves.

Precisamente el manacorí es ahora el jefe como director deportivo. Y el que tiene mayor currículum como futbolista de todos ellos. Más allá de que sea considerado el mejor jugador mallorquín de la historia, Nadal podrá contar a sus nietos que disputó los Mundiales de Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea y Japón 2002 y fue la friolera de 62 veces internacional. Con el Barcelona conquistó una Liga de Campeones, una Recopa, cinco Ligas, dos Supercopas de Europa, tres Supercopas de España y dos Copas del Rey, una de ellas superando al Mallorca. Eso sí, en 2003 pudo levantar el título como capitán de los bermellones.

Nadal es el que lleva el timón, pero se ha rodeado de exjugadores que saben lo que es el fútbol al más alto nivel. Y eso jamás puede ser una mala noticia para un club obligado a mirar hacia adelante.