­Javier Olaizola era anoche un hombre feliz al término del partido en Córdoba. "De momento, es para celebrarlo. Lo hemos conseguido. Cuando te ves en esta situación, es para estar feliz", indicó el entrenador rojillo, que destacó: "La sensación es de alegría, hemos salvado al club de la desaparición".

"Mira cómo estaba el Racing... aunque ha subido otra vez. Pero bajar a Segunda B es muy complicado. A día de hoy, es para estar felices", insistió.

Olaizola agradeció a sus jugadores el esfuerzo en estas tres semanas. "Hace tres jornadas nadie daba un duro por nosotros. Lo han conseguido. Han demostrado que si das con la tecla te dan la vida. Han demostrado que son mallorquinistas, han roto las especulaciones", agregó.

"Al final nos ha faltado un poco de gasolina, pero han dado la vida", añadió el técnico rojillo sobre el encuentro de ayer.

"No soy quién para decidir si tiene que haber cambios, pero para mí que se queden bastantes. Yo sí pediría que hubiese un trato especial con estos jugadores", sentenció el Olaizola, quien explicó que, al final del encuentro dirigió unas palabras a los futbolistas: "Les he dado las gracias por su apoyo, por cómo se han dejado el alma".

"Estoy orgullosísimo de mis jugadores. Sabían las consecuencias que tenía todo esto. Yo solo he puesto un poco de carácter, de espíritu, de compromiso", aseguró el técnico.

Olaizola tuvo también palabras de agradecimiento "para Pep Alomar, Miki, Martí Ferragut... y para todos los colaboradores y la afición". "Me quedo con su apoyo y el de los jugadores, con su respeto desde el primer minuto que llegué. Es con lo que me quedo, su apoyo y su ayuda para conseguir el objetivo. Ha habido unión y por eso vamos a estar un año más en la categoría", aseveró el preparador del Mallorca.

"Quiero dar las gracias a Toni Prats. Es mi amigo, me dio la oportunidad de volver el pasado verano a este club y apostó por mí para salvar al grupo", destacó Javier Olaizola, quien ayer no miraba más allá de la salvación: "¿El futuro? No me preocupa. Soy mallorquinista, ahora no quiero nada más".

El entrenador reconoció que lo pasó mal, principalmente en los minutos finales del encuentro. "Yo estaba metido en el partido, iba a lo mío. Es normal que la gente estuviera pendiente, pero teníamos bastantes posibilidades de mantener la categoría. Pero al final era inevitable escuchar os comentarios, sobre todo cuando el Córdoba, al que doy la enhorabuena por su clasificación, apretó. Quizás era más la intranquilidad de no tener que encajar ningún gol", concluyó.