Dudú Aouate está ultimando la compra del cinco por ciento de las acciones del presidente del Mallorca, Biel Cerdà. El guardameta israelí, que ayer presumiblemente disputó en El Arcángel de Córdoba su último partido con la camiseta rojilla, pagaría a Cerdà 2.700.000 euros por ese cinco por ciento, una cantidad desorbitada pero que supone, a priori, la única manera de desatascar una situación que se ha convertido en inmanejable por las diferencias entre los diferentes miembros del Consejo.

El movimiento de Aouate no se queda aquí. Serra Ferrer, que a partir de mañana lunes podría oficializar su fichaje por el Real Betis, en el que asumiría funciones de director deportivo, también ha llegado a un principio de acuerdo con Aouate, condicionado a la compra de las acciones de Cerdà por parte del israelí, para cederle gratuitamente el 49 por ciento de su paquete accionarial. La operación se realizaría mediante un contrato privado y el todavía máximo accionista recibiría una importante compensación económica en el supuesto de que en el transcurso de las próximas temporadas el club ascienda a Primera División.

Si estas dos operaciones se acaban confirmando, Aouate se convertiría en el máximo accionista del Mallorca, con el 54 por ciento de los títulos y se crearía un nuevo escenario en el Consejo, donde el alemán Utz Claassen perdería fuerza. Sin embargo, el consejero Pedro Terrasa también tiene algo que decir en todo este movimiento porque tiene sus acciones sindicadas con Serra Ferrer y Biel Cerdà. De este modo, tanto el presidente como el vicepresidente están obligados a comunicar a Terrasa cualquier movimiento que pretendan hacer, lo que no han hecho. Terrasa estudiará en este caso si interpone una demanda contra Cerdà y Serra Ferrer.

Falta por saber quién hay destrás de Aouate que, aunque con un importante patrimonio personal por su dilatada carrera profesional, resulta poco creíble que se lance en solitario a esta aventura. El guardameta, que con sus intervenciones evitó la derrota del Mallorca en Córdoba, cuenta en Palma con un buen amigo israelí, Ramadani, que lidera una empresa de representación de futbolistas, y que podría ayudarle en la operación. Tiene dos futbolistas en el Chelsea y, de hecho, es conocido que Serra Ferrer acompañó a Aouate este invierno a Londres. Del mismo modo, se vio hace varios meses al ex mallorquinista Samuel Etoo, al que también se ha relacionado como posible inversor en el Mallorca, junto al pobler en el hotel Son Vida.

Si se acaban cerrando todos estos movimientos, se confirmará lo que hace ya tiempo que Serra Ferrer comunica a las personas de su entorno: su intención de abandonar la nave mallorquinista pasara lo que pasara a final de temporada. Su gestión al frente del club, que queda marcada por el descenso del primer equipo a Segunda División después de dieciséis temporadas entre los grandes, le ha provocado un gran desgaste, profesional y personal. Quiere empezar de cero. Y probablemente lo hará en Sevilla, donde le esperan con los brazos abiertos.

Por su parte, Cerdà habrá conseguido el objetivo que buscaba desde que aterrizara en el Mallorca de la mano de Serra Ferrer: dejar el club con los bolsillos bien llenos. Para ello no le ha importado quedarse en minoría en el Consejo y pasar por situaciones humillantes. Todo lo ha hecho con un objetivo, que no es otro que hacer negocio con el Mallorca. Aouate se perfila como el hombre fuerte del Mallorca del presente y del futuro. En Córdoba cumplió en el césped.