¡Salvados!

Y no me refiero al programa televisivo de Jordi Evole. Me refiero al Real Mallorca, que acabó la temporada salvando los muebles en una última jornada. La que se llevó por delante a Mirandés, Jaén y Castilla, sin que el Mallorca llegara a caer en ningún momento en puestos de descenso. El momento más difícil se vivió cuando un gol del Córdoba hubiese hundido a los bermellones, hasta que marcó el Lugo.

Reflexiones

Ante eso, solo le pongo un pero a todas las valoraciones del entrenador Javier Olaizola. Entiendo que diga que hay que celebrar la permanencia, pero no lo comparto. Cuando el objertivo del ascenso se convierte en el de la permanencia en la última jornada creo que más que celebrar lo que hay que hacer es reflexionar.

Futuro incierto

Y la reflexión obliga a cambios profundos. De arriba a abajo, de derecha a izquierda y de dentro a afuera. Y será difícil que quienes con sus desacuerdos han provocado esta situación estén ahora capacitados para encontrar soluciones, pero es su obligación y hay que pedirles cuentas. ¿Susto o muerte? Al final se quedó en susto, pero hay mucho trabajo por delante para evitar la muerte.