El Mallorca va a instalar a finales de enero dos nuevos videomarcadores en Son Moix que le costarán 240.000 euros -120.000 cada uno-, según fuentes del club consultadas por este diario. En un momento en el que precisamente la entidad no presume de liquidez y en el que ha recortado trabajadores y salarios, el Mallorca asegura que se ve obligado a realizar este esfuerzo porque los actuales videomarcadores están obsoletos. Son los mismos desde la inauguración en 1999 con motivo de la Universiada de Palma, pero los problemas que han surgido en sus numerosas reparaciones obliga a cambiarlos.

El club apunta que muchas de las piezas necesarias para solucionar los contratiempos que se le presentan sucesivamente ya no se fabrican, por lo que es imposible que se arreglen de forma adecuada. De ahí que su funcionamiento presente muchas deficiencias que ya no se pueden demorar más, según estas mismas fuentes, ya que incluso algunas de las empresas que pagan para que sus anuncios se emitan en la previa o en los descansos de los partidos se han quejado por la falta de calidad en su visionado y sonido. De hecho, los videomarcadores tienen 14 años, pero el ´software´ es de 1990, un aparato absolutamente desfasado y que necesita ser sustituido por uno moderno lo antes posible, tal y como defiende el Mallorca.

Desde la institución afirman que el Ajuntament de Palma, propietario del estadio y que se lo cedió al club hasta 2049 -cincuenta años desde la edificación de Son Moix-, han dado el visto bueno para que se lleve a cabo esta instalación, además del ´Chiquipark´, que se construirá en el fondo norte y que tiene como objetivo aumentar los ingresos del club. El Mallorca considera que el cambio de estos videomarcadores no es ningún capricho porque va destinado, según dice, a que los anunciantes queden satisfechos con su proyección y que los aficionados disfruten de un mejor servicio los días de partido.