El Real Mallorca cierra este aciago 2013 exigiéndose una victoria ante el Girona que podría meterle en el play-off o, como mínimo, mantenerle a tiro de las posiciones en las que se libra la batalla por el ascenso. Un triunfo evitaría además una nueva crisis deportiva que se prolongaría durante todas las vacaciones navideñas. Con los problemas institucionales es suficiente para un club que despide un pésimo año marcado por el descenso.

Los últimos meses tampoco han sido una maravilla. Al Mallorca se le ha atragantado la categoría y alcanza el último partido de 2013 con una trayectoria muy mediocre a sus espaldas y sin haber pisado todavía el play-off.

Es obligatorio ganar para no disparar la ansiedad en el vestuario después de cosechar un empate y una derrota en las dos últimas jornadas. Pero quien más desea una victoria es Biel Cerdà, un hombre que no cala en la afición y cuyo historial de traiciones y ambición desmedida le ha puesto en la diana de un mallorquinismo que con toda probabilidad se girará hacia palco en caso de derrota. No debería estar mucho más tranquilo Llorenç Serra Ferrer, máximo responsable de la parcela deportiva y que ya sufrió los abucheos de Son Moix en aquel pésimo arranque de la competición.

El Mallorca se juega pasar unas vacaciones tranquilas ante un Girona que estrena entrenador, algo que siempre complica las cosas. Se presupone que los futbolistas del conjunto catalán jugarán con un plus de motivación, deseosos por agradar a su nuevo técnico. No tiene mucho más que ofrecer uno de los equipos más modestos de la categoría que el pasado curso tocó la gloria disputando el play-off y que a día de hoy está en caída libre.

Javi López ha llegado a Girona con fama de entrenador intenso y con carácter, dos cualidades que deberían servir para enderezar a unos futbolistas que se habían dejado llevar. Les espera una dura prueba hoy en Son Moix, aunque quien más quien menos se ha llevado puntos del estadio bermellón.

La gran novedad puede estar en la portería. José Luis Oltra alimentó el viernes en sala de prensa las dudas sobre la continuidad de un Miño casi siempre cuestionado y al que se le responsabiliza de la derrota en Jaén. Aouate, ya recuperado de unas molestias en la espalda y con el título de director deportivo bajo el brazo, podría volver a ponerse bajo los palos.

Bigas y Thomas volverán previsiblemente al once titular; en el pivote Álex Vallejo acompañará al ghanés con toda probabilidad y en la punta de ataque Gerard podría volver a tener una oportunidad de inicio en detrimento de Geijo.

Está en juego mucho más que unas Navidades tranquilas. A la primera vuelta le quedan tres encuentros y el Mallorca no ha demostrado aún ser un digno candidato al ascenso. El punto cosechado ante el Numancia y el Jaén ha pesado mucho esta semana. Una victoria ante el Girona quitaría presión antes del desplazamiento a Las Palmas del 4 de enero. Perder o empatar se traduciría en una pesadilla antes de Navidad.