En medio de un incendio institucional de consecuencias todavía incalculables el Real Mallorca se regaló a sí mismo y a los despachos un triunfo de los que dan prestigio y moral. El grupo de José Luis Oltra se ganó en Ipurua el crédito que ha perdido el Consejo de Administración, empezando por Biel Cerdà. La esforzada victoria ante el Eibar no apagará ningún incendio, pero al menos servirá para que las llamas no se descontrolen.

El conjunto bermellón jugó un partido típico de Segunda División. Se medía a una clásico de la categoría y triunfó jugando con las mismas armas que el Eibar más un toque de calidad. Bastó un gol de Alfaro en la segunda parte y más convencimiento en un Mallorca que había demostrado muy poca ambición en los primeros 45 minutos.

Fue un partido de muy pocas ocasiones, pero casi siempre se intuía que el gol caería del lado visitante. Es indudable el logro de un Mallorca que frenó a un Eibar lanzado -sumaba cinco victorias en los últimos seis partidos- y que, esta vez sí, supo gestionar el triunfo cuando lo tenía en el bolsillo.

El Oltra más conservador de la temporada adelantó a Bigas al centro del campo y formó un doble pivote con Thomas. Mucho músculo y escasa creatividad para medirse a un rival al que le precede una reputación de equipo bronco, por mucho que este curso su fútbol es más animado.

Más sorprendente resultó la suplencia de Víctor y Gerard, dos hombres que han marcado más de la mitad de los goles que lleva el Mallorca este curso. El técnico valenciano consideró que sus cualidades no se adaptaban al rival y al escenario, por lo que le otorgó su primera titularidad a Geijo y ubicó a Alfaro como media punta, demarcación en la que sobre el papel demuestra su mejor versión.

Una apuesta que dio lugar a un Mallorca espeso y sin ideas en la primera mitad, un equipo en el que solo Álex Moreno fue capaz de sorprender en alguna acción aislada desde la banda. Ni un solo disparo a puerta registró el grupo de Oltra en estos primeros 45 minutos, aunque tampoco pasó por grandes apuros en defensa.

El Eibar fue ese equipo aguerrido que disputa cada balón dividido como si de ello dependiera el resultado del partido, y tuvo más la pelota que los bermellones. Los hombres de Garitano intentaron algún desborde por banda, pero los vascos solo crearon peligro en algún saque de esquina y en un remate de cabeza de Eizmendi que pasó muy cerca del poste derecho de Miño.

El 0-0 hizo justicia al fútbol plano de los dos conjuntos en los primeros 45 minutos.

Thomas inauguró la segunda parte con un potente disparo que acabó en las manos de Irureta. La acción alumbró a un Mallorca más ambicioso y decidido. Los hombres de Oltra se sacaron el corsé y empezaron a jugar muy cerca de la portería del Eibar.

Álex Moreno disparó desde la frontal y Alfaro no acertó a rematar el rechace. El andaluz se redimió instantes después, cuando envió a la red una asistencia de Ximo desde la derecha. Cuestionado casi desde el momento en el que llegó al Mallorca, el delantero se reivindica con cada gol.

El Eibar ya no se repondría de la bofetada. Minutos antes del tanto bermellón había tenido una gran ocasión de Morales abortada por Miño. Después tuvo el empate en las botas de Añibarro, pero su disparo desde el punto de penalti se marchó por la línea de fondo. Ahí se acabó todo. El conjunto vasco fue un hueso duro de roer, pero saldó el encuentro con un bagaje ofensivo muy pobre.

El Mallorca tenía casi media hora por delante para gestionar la victoria y esta vez no se dejó vencer por la tentación de atrasar líneas. Buscaron el segundo los bermellones manteniendo muy alto el listón defensivo.

Es el segundo triunfo consecutivo de los bermellones y la visita del Numancia el domingo a Son Moix brinda una gran ocasión para sumar tres victorias seguidas, una estadística inalcanzable de momento este curso.

El árbitro

Melero López

Sin complicaciones

Plácido encuentro del colegiado en un partido que no dejó jugadas polémicas. Bien en el reparto de amonestaciones.

Lo mejor

Quien gana en Ipurua...

El Mallorca se sobrepuso a las dudas que lleva ofreciendo a lo largo de toda la temporada y a la profunda crisis institucional y se sacó de la chistera uno de sus partidos más solventes. Quien gana en Ipurua sube a Primera, reza un dicho muy extendido desde hace tiempo. La victoria da confianza al vestuario y aunque es independiente de la crisis institucional, atempera un ambiente muy caldeado.

Lo peor

La primera parte

Com mucho respeto y poca ambición saltó el Mallorca al terreno de juego. Fútbol plano y una ocasión digna de destacar.