Los mensajes prudentes a la hora de dar la alternativa a jugadores que empiezan siempre se tienen que tener en cuenta. Es el discurso de los técnicos que quieren ir poco a poco y no abrumar a los jóvenes que despuntan porque se corre el peligro de que se lo crean, lo peor que le puede pasar a un futbolista. Todo esto está muy bien, pero surge otra corriente de opinión que apuesta por dar la oportunidad al jugador que se lo merece, tenga la edad que tenga. Marco Asensio, un chaval de 17 años que, los que le conocen, dicen que vive por y para el fútbol, es la joya de Son Bibiloni, un jugador que no ha pasado desapercibido para nadie. Afortunadamente, tampoco para Oltra, que ya le ha dado unos pocos minutos en los que ha demostrado que no es un jugador del montón.

El fútbol está lleno de ejemplos de jugadores que han despuntado a la edad de Marco. Y ha sido así porque tuvieron la fortuna de coincidir con entrenadores valientes que valoraron la calidad por encima de la edad. Qué hubiera sido de Raúl si no hubiera coincidido con Valdano, o de Fernando Torres si en el banquillo no hubiera estado Luis Aragonés. Por no hablar de Oliver, del Atlético de Madrid, bajo la atenta mirada de Simeone.

En Mallorca también tenemos ejemplos de futbolistas precoces. Sebastián Nadal, que acabó en el Atlético de Madrid, debutó en el Mallorca a los 16 años; Pepe Gálvez a los 17 y ´Paquete´ Higuera a la misma edad, jugadores que se asentaron porque estuvieron a las órdenes de técnicos atrevidos. La prudencia es siempre buena consejera, pero si Marco Asensio tiene calidad, y parece que la tiene de sobra, debe jugar, y más en este Mallorca mediocre y falto de un líder.