Entre los variados problemas que sufre el Real Mallorca esta temporada, destaca su endeblez en los duelos directos ante rivales de nivel de la categoría. El conjunto bermellón es el más rico de Segunda con un presupuesto de 22 millones, pero le entra complejo de inferioridad cuando la exigencia es mayor.

Si el pasado domingo el grupo de Oltra sucumbió ante el Recreativo de Huelva, líder de la tabla, ayer no pudo pasar de un pobre empate ante el segundo, un Lugo que llegó a Son Moix con la vitola de equipo revelación. Los gallegos dominaron al Mallorca en una primera mitad en la que tuvieron el control del juego y la pelota, aunque después del descanso se conformaron con la igualada y dieron un paso atrás.

De su pugna con Recre y Lugo, primero y segundo respectivamente, los rojillos se han tenido que conformar con un solo punto de los seis posibles.

Le afecta el mal de altura al equipo de Oltra cuando tiene que mirar arriba, pero también cuando toca medirse a otros aspirantes al ascenso. El primer duelo directo de la temporada llegó en la tercera jornada cuando tocó visitar al Sporting de Gijón. Los hombres de Sandoval se aprovecharon del pésimo arranque liguero del Mallorca endosándole un humillante 3-0.

El paso de las jornadas ha igualado a mallorquines y asturianos, y ni unos ni otros le acaban de coger el pulso a la temporada presentando una sólida candidatura al ascenso.

Cuando llegó el turno de enfrentarse al Zaragoza, el grupo de Oltra presumía de mejora de juego y resultados. Pero el conjunto maño, que ni entonces ni ahora ha encontrado el rumbo, fue demasiado rival para el Mallorca. El grupo de Paco Herrera se llevó un 2-4 de Son Moix, un marcador muy doloroso que arrojó todo tipo de dudas sobre el irregular equipo balear.

El Mallorca podrá darse un respiro ante una Ponferradina que vive cómodamente asentada en la parte media de la tabla y tampoco tiene aspiraciones más allá de la permanencia. Pero una semana después toca visitar Riazor para medirse al Deportivo, otro recién descendido que pretende volver a Primera este mismo curso.

El conjunto bermellón vivirá una semana más fuera de la parte alta de la clasificación, donde se vive una pelea por el ascenso a la que de momento no está invitado, y con la espina de no haber hecho méritos suficientes ante rivales de altura. La Ponferradina es el próximo rival a batir, pero muchas cabezas están ya en la visita a Riazor.