Leo Messi se dejó ver poco, pero no le hizo falta más. Lo suficiente para marcar dos goles, sofocar el conato de rebelión del Real Mallorca en la segunda parte y apropiarse de un nuevo récord: con sus 76 tantos este 2012 supera los 75 que marcó Pelé con el Santos en 1958.

El argentino dosificó al máximo su participación en el juego de su equipo, lo suficiente para liquidar al Mallorca con sus dos únicos tiros entre los tres palos en todo el partido. Colaboró Aouate en el primero, que no acertó a despejar un disparo centrado y desde cierta distancia. Era el 0-2 y con los dos equipos a punto de encaminarse al vestuario. En su segundo gol, el que cerraba la cuenta de los blaugrana (2-4), sorprendió al meta israelí con un latigazo después de aprovechar una buena cesión de Alexis.

Ambas dianas regalaron al argentino un récord histórico que le da ventaja en las comparaciones con una leyenda como Pelé. Lo disfrutó un Son Moix desangelado, apenas quince mil espectadores en las gradas y con escasa representación de aficionados culés.

Un sector de la afición bermellona la tomó con el argentino, al que dedicó insultos y un cántico por su reciente paternidad: "Messi, enano, tu hijo es de Cristiano". El luso, que hace tres semanas también fue objeto del desprecio de la grada, respondió con malos gestos; el argentino, en cambio, no se inmutó.

Al argentino se le da bien un Mallorca al que ha endosado once goles en nueve enfrentamientos. El doblete de ayer se su ma al ´hat-trick´ del choque del pasado curso en el Camp Nou (5-0) o al gol que abrió el marcador en el 0-2 en Son Moix.

Frente a un Messi inspirado poco puede oponer un modesto como el Real Mallorca. Joaquín Caparrós no dispuso un marcaje individual para entorpecer sus movimientos, por lo que tanto los defensas como Pina y Martí -los hombres que formaron de inicio la medular- tuvieron que multiplicarse en labores de vigilancia. El argentino sufrió la contundencia de Geromel en algunas acciones en las que se cruzaron. Pero en el momento de la verdad, cuando Messi puso el punto de mira en la portería de Aouate, no hubo nada que hacer.

Su segundo gol acabó con las expectativas de un Mallorca que había pasado del 0-3 al 2-3 en pocos minutos y que se veía con energías para firmar un empate con los blaugrana. Pero apareció el astro argentino para plasmar en el marcador la superioridad de su equipo, por mucho que los mallorquinistas reclamaron un posible fuera de juego posicional de Alexis.

Messi volvió a dejar su huella en Son Moix para desgracia de un Mallorca que tuvo que conformarse con haber sido un equipo más combativo que contra el Madrid.