­Pase lo que pase, el crédito de Joaquín Caparrós es ilimitado. Ese el es mensaje que el Mallorca quiere transmitir, al propio técnico -aunque en este caso no hace falta- y a la plantilla de jugadores, para que trabajen con la confianza imprescindible para afrontar con la máxima tranquilidad los próximos partidos y salir cuanto antes de la dinámica de resultados negativos en que se ha sumido el equipo.

En la planta noble del Iberostar Estadio el crédito del técnico andaluz es ilimitado. El máximo accionista Llorenç Serra Ferrer, que ha estado en la misma situación del andaluz en su etapa como entrenador, considera que estos malos resultados no ponen en peligro, en ningún caso, a Caparrós.

?Incluso entre los aficionados no se detecta un clamor contra el trabajo del cuerpo técnico dirigido por el utrerano. Y eso pese a que el equipo se ha colocado a solo dos puntos del descenso después de esta caída en barrena. El debate reside en si las decisiones que toma son acertadas o si los futbolistas están actuando al nivel que se les exige, pero jamás de si el preparador es el adecuado para dirigir la nave hasta el final de temporada.

Tras el esperanzador inicio de Liga, alcanzando la quinta jornada con once puntos, los mismos que se tienen ahora, contrasta con las cinco derrotas consecutivas -Getafe, Granada, Sevilla, Real Madrid y Deportivo-, una negativa racha de resultados que han situado al Mallorca a solo dos puntos de las plazas de descenso después de ocupar las de Liga de Campeones.

Serra Ferrer, que ha transmitido todo su apoyo a Caparrós, con quien desde el primer día tiene una gran sintonía, es consciente del grave problema que ha supuesto la continuada racha de lesiones, todas ellas de importancia, de hombres clave en el esquema del técnico. La clarividencia de Javi Márquez en el centro del campo, la experiencia de Antonio López en el lateral zurdo y la trascendencia, tanto dentro como fuera del terreno de juego, de Nunes, unido a la larga ausencia del brasileño Joao Víctor -el tercer hombre en el centro del campo- han supuesto un golpe del que el equipo todavía no se ha recuperado. El último en caer ha sido Gio, con una microrotura que le dejará dos o tres partidos fuera de los terrenos de juego.

Aunque el equipo parece haber perdido la garra y el carácter competitivo que caracteriza a los equipos de Caparrós, el colectivo mallorquinista considera que algunos de los resultados negativos podrían haber sido diferentes si hubiera funcionado el siempre necesario factor suerte. Así, sin ir más lejos, al término del partido en Riazor hubo coincidencia tanto entre el técnico como en los jugadores en que el resultado más justo, por los méritos de uno y otro equipo, hubiera sido un empate. Los rojillos controlaron el ´tempo´ del partido durante muchos minutos, pero pagaron con la derrota su falta de pegada. A excepción del Real Madrid, los otros cuatro tropiezos han sido por la mínima, e incluso en Sevilla el equipo se fue al descanso con una mínima ventaja que no supo defender en el segundo periodo.

La situación de aparente tranquilidad de Caparrós contrasta sustancialmente con lo que sucede en otros equipos, que también atraviesan una crisis de resultados, como es el caso de Osasuna, colista. Su presidente confirmó el lunes a José Luis Mendilíbar, una situación que en el fútbol suele ser el preludio de una destitución. Por igual trance atraviesan Anquela en el Granada y Montanier en la Real Sociedad tras perder el pasado domingo, respectivamente, ante Athletic y Espanyol.