Están ahí, esperando que alguien les descubra. Son niños o adolescentes, incluso algo más mayores. Las futuras joyas de cualquier deporte y que ahora ya esparcen talento en campos de fútbol, pistas de baloncesto o en cualquier escenario en el que se desarrolle su disciplina.

No pasan desapercibidos demasiado tiempo. Pronto sus nombres empiezan a poblar las libretas e informes de tipos con conocimientos técnicos, tiempo y buen ojo para detectar talento. Pasan horas sentados en una grada, tratando de pasar desapercibidos y subrayando sobre el papel el nombre del desconocido que quién sabe si un día acabará firmando un contrato millonario con un club profesional.

"Es un proceso muy lento porque queremos estar muy seguros. Vamos con mucha tranquilidad y sabiendo que es difícil porque en condiciones iguales el Real Madrid se queda con los chavales de Madrid. Llevar allí a un mallorquín es muy caro, entre otras cosas porque los niños se matriculan en un colegio privado que al club le cuesta más de mil euros al mes", cuenta Carlos Paniza, ojeador del Real Madrid en Balears.

Lleva 25 años como entrenador y desde 2003 trabajando para el club blanco. Explica que emplea unas treinta horas semanales en ver futbolistas de todas las categorías, en partidos de Liga, Copa del Rey y selección autonómica. Recuerda que en todo este tiempo ha colocado a media docena de mallorquines en las categorías inferiores del club blanco, entre los que cita a Salinas (ahora juega en Ibiza), Dalmau (en el Rayo), Kamal (Real Madrid C), Busquets (Espanya de Llucmajor) y Juanan (Fortuna Dusseldorf).

"Salen pocos porque tienen que mejorar lo que el Madrid tiene allí cerca y eso es muy difícil. Además aquí, por razones geográficas, está la competencia del Barcelona. Más de una vez un padre me ha dicho que prefiere que su hijo se vaya al Barça porque está más cerca", explica Paniza.

El técnico habla en el campo del San Francisco, donde el equipo juvenil se enfrenta al Atlético Baleares. Sobre un papel ha dispuesto el "posicionamiento táctico" de los dos equipos y ha subrayado o marcado en negro los que le parecen "más interesantes". ¿Alguno podría acabar en el Madrid? "Podría", responde enigmático.

Miquel Pérez también es entrenador y desde 2006 colabora con el Valencia. "He estado vinculado al fútbol desde que tengo uso de razón. Empecé jugando y a los 14 ya entrenaba", cuenta Pérez, de 27 años. "El Valencia necesitaba a alguien en Mallorca y supongo que yo estaba en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Casi todos los fines de semana veo fútbol. Me marco una ruta y me empapo de partidos", añade.

Pérez tiene una completa base de datos sobre futbolistas de la isla que va enviando al Valencia "en función de sus necesidades". "Hay que hilar muy fino porque solo te aceptarán lo que mejore a lo que tienen allí. Pero más o menos voy a tiro fijo. Sé dónde puede haber petróleo y allí voy. Hago el informe y lo envío al Valencia", destaca este técnico mallorquín.

En cualquier caso, deja claro que en el proceso interviene más gente. "Si el chaval interesa viene alguien de allí para tener una segunda opinión. Si pasa ese corte lo enviamos allí con gastos pagados para que se entrene durante un mes. Si es apto, y sus padres están de acuerdo, se le firma un contrato de formación", explica Pérez.

Gracias a sus informes el Valencia tuvo en sus categorías inferiores al mallorquín Sergi García Mut y ahora, en fase de prueba, al portero del Manacor cadete Esteva Peña.

Pese a las horas invertidas viendo partidos de fútbol, tanto Pérez como Paniza aseguran que necesitan otro trabajo para sobrevivir. "Me pagan un dinero, aparte de las dietas y el kilometraje. Y si se firma una operación me puedo llevar una pequeña comisión. Pero tengo mi trabajo por las mañanas", explica el ojeador del Real Madrid. Para el colaborador del Valencia, la crisis también se nota en su sector: "Durante tres años estuve asegurado como empleado del club. Pero en 2008 el Valencia empezó a sufrir muchos problemas económicos y soltaron lastre con técnicos y ojeadores. Sigo colaborando con ellos, pero no con aquellas condiciones".

Además de Real Madrid y Valencia, en Mallorca tienen permanentemente dos ojos el Barcelona (Martín Rabassa) y el Villarreal (Juan Carlos Colom). Ambos rechazaron participar en este reportaje porque, alegaron, en sus clubes les exigen "discreción".

Ningún otro club de Primera o Segunda tiene delegación fija en la isla. Salvo, claro está, el Real Mallorca. "En general en la isla hay talento, pero depende de cómo se desarrolle. A veces vemos chicos que con 14 o 15 años son muy buenos, pero por las razones que sean se estancan y no llegan", relata Arno Buitenweg, coordinador de fútbol base en Son Bibiloni y entrenador del infantil A bermellón.

"Cuando incorporamos a un chaval a nuestras categorías inferiores no pensamos en que vaya a llegar al primer equipo. Queremos que sean competitivos, ya se verá si llegan a ser profesionales. Se trata de detectar el talento, potenciarlo y darles una educación deportiva", destaca este técnico holandés.

La cúspide de la pirámide

Buitenweg indica que en la caza y captura de perlas intervienen todos los técnicos del fútbol base del Mallorca y ojeadores como Gabi Vidal o Manolo Molina. Y en la cúspide de la pirámide Llorenç Serra Ferrer, que debe autorizar "hasta el fichaje de un infantil".

El director deportivo presume en su despacho de un "juguete" de reciente adquisición. Un programa informático llamado Wyscout que le da información detallada de cualquier futbolista que juegue en una liga profesional. Reconoce que lo usó en verano para peinar el mercado en busca de refuerzos mientras ve un resumen del último partido que jugó Gianni Zuiverloon, cedido en el Heerenveen holandés. "Me va muy bien para hacer un seguimiento de nuestros jugadores cedidos. Gianni ha estado lesionado, pero ahora está volviendo a jugar", explica el pobler.

El hombre que tiene la última palabra en cualquier incorporación que haga el Mallorca en cualquiera de sus categorías explica algunas pinceladas del trabajo de la dirección deportiva. "¿Necesitamos cubrir esa posición? ¿Llega libre, cedido o traspasado? ¿Por su edad es una inversión o un gasto? ¿Es comunitario o extracomunitario? Son las primeras preguntas que nos hacemos. Si las respuestas son satisfactorias, hacemos un primer informe de sus cualidades técnicas, tácticas, físicas y de su personalidad", explica Serra Ferrer.

Diferentes técnicos del club hacen varios de estos informes sobre un mismo jugador. Si son favorables, se elabora el definitivo informe de seguimiento, un completo documento que el pobler empezó a fabricar cuando era responsable de la cantera del Barcelona. "Es el filtro definitivo. Un informe exhaustivo en el que puntuamos desde su juego de cabeza hasta su dominio en el marcaje o su capacidad para anticiparse", cuenta Serra Ferrer.