­El Real Mallorca vivió ayer un nuevo episodio de confusión institucional a cuenta de un supuesto interés de Pedro Terrasa por vender su 45 por ciento de acciones. Y con un hipotético cambio de propiedad como trasfondo. DIARIO de MALLORCA habló con el propio Terrasa y con Jaume Cladera. Ambos dieron versiones casi opuestas.

"Cladera y yo nos hemos reunido tres veces en el hotel Isla de Mallorca, y en uno de esos encuentros me comunicó que tienen un comprador para el club. Pero la condición que ha puesto ese grupo inversor para cerrar la operación es que antes yo venda mis acciones para desbloquear el derecho de adquisición preferente que tengo sobre el resto de los títulos. Cladera me hizo una oferta muy interesante por mis acciones y me la estoy pensando", explicó Terrasa.

Poco o nada tiene que ver la versión que dio el presidente del Mallorca con la ofrecida por el exdirector general. "El martes estaba desayunando en el Isla de Mallorca como cada mañana. Entonces entró Terrasa con otra persona y me pidió que hablásemos. Me comentó que sería conveniente que vendiéramos nuestras acciones a un comprador para salir del lío de la denuncia del G-30 [reclama 21 millones de euros por haber firmado unilateralmente con Sogecable]. Me preguntó si teníamos algún comprador y le respondí que no porque ahora está todo parado", aseguró Cladera.

Terrasa, segundo máximo accionista de la entidad, tiene un derecho de adquisición preferente que impide a los demás accionistas a vender sus títulos sin ofrecérselos primero a él. De este modo, ni Serra Ferrer ni Cladera tienen libertad de movimientos para gestionar una hipotética venta de sus participaciones.

Dividendos pasivos

Hay que recordar que los accionistas tendrán que afrontar el 19 de noviembre una serie de pagos -en algunos casos muy importantes- por una ampliación de capital que se hizo en 2007.