El mallorquinismo puede frotarse las manos por el resultado que arrancó anoche su equipo de Riazor en un partido en el que solo reaccionó cuando se vio abajo en el marcador. El gol de Geromel puede ser decisivo en esta eliminatoria de dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante un Deportivo que tuvo más ganas, pero al que tampoco le sobra nada y que se había adelantado con un buen gol de Manuel Pablo (1-1). Al menos el Mallorca no perdió, tal y como hizo en los últimos cuatro encuentros ligueros, pero la imagen que dio ayer el equipo de Caparrós no soluciona este bache. Ni mucho menos. El enfrentamiento en el torneo del KO queda totalmente abierto con los gallegos, aunque el hecho de que la vuelta se dispute en el Iberostar Estadio e confiere cierto favoritismo.

?El partido casi ni había empezado y el Deportivo ya había gozado de una buena ocasión ayudada por la empanada del Mallorca. Oliveira, en una jugada ensayada tras un córner, remató solo desde dentro del área y el balón se estrelló en la manos de Uche. Los locales se indignaron con el árbitro, pero ya habían dado el primer susto a los treinta y cinco segundos de juego.

?Oltra dispuso un once plagado de suplentes que quieren dejar de serlo, y eso se tradujo en que su equipo tuvo mucha más intensidad que un Mallorca que resistía, pero nada más. A los diez minutos se quedó sin Uche, que debutaba ayer en partido oficial, por una lesión de rodilla que tiene mala pinta, justamente un jugador que ha estado ocho meses lejos del césped por una rotura de ligamentos. ?

?La solución para Caparrós fue sacar a Bigas y ubicarlo como central y adelantar la posición de Fontàs, que compartió doble pivote con Martí. La dinámica no cambió. Se notaba demasiado que los bermellones buscaban el contragolpe, pero las imprecisiones eran más numerosas que los pases acertados. Y así es muy difícil. Alfaro y Marc Fernández, que estaba en la izquierda por primera vez este curso, eran los más activos, pero con más intención que efectividad. El del filial lo intentó con un disparo, al igual que Gio, que lo probó con una falta. El Dépor tenía el balón, tenía más ritmo, pero Aouate tampoco se puso a sudar mucho bajo la lluvia. Un buen tiro de André Santos se fue a las manos del israelí, aunque poco más.

?El equipo por el que apostó Caparrós se parece poco al de la Liga en cuanto a nombres, pero tenía algo en común con el del pasado domingo en Son Moix: apenas llegaban balones a los hombres de ataque. La desesperación de Gio, que anoche sí inició el duelo en la delantera, le obligó en más de una ocasión a bajar a buscar el balón al centro del campo. Y así es complicado sacar provecho de su velocidad y capacidad de desborde.

?La charla del utrerano no tuvo mucha efectividad en la reanudación porque el Mallorca mantuvo la misma cara, hasta que se le quedó de circunstancias. Geromel despejó defectuosamente un balón a la frontal del área justo cuando Aouate salía a blocarlo, la pelota cayó en las botas de Manuel Pablo, que soltó un disparo desde unos treinta y cinco metros que se fue al fondo de la red de un meta que estaba descolocado. Al Mallorca, con Pina en el campo, no le quedó más remedio que dar un paso hacia adelante.

?Poco después Gio envió un buen balón a Marc, que se equivocó a la hora de dar el llamado pase de la muerte, con Arizmendi solo. Empezaron los mejores minutos de los baleares, que tampoco debían hacer ninguna maravilla para que fuera así. Eso sí, Camuñas estuvo a punto de sorprender a Aouate con un buen disparo.

?Marc volvió a aparecer, primero para cabecear fuera y después obligar, también con la testa, a lucirse a Lux, tras un buen remate. En el lanzamiento de esquina llegó el premio. Gio sacó, Arizmendi peinó el balón y eso descolocó a la zaga local, que no pudo evitar la aparición de Geromel, que puso la cabeza para empatar el encuentro. A partir de ahí los rojillos volvieron a recular -Alfaro acabó de lateral derecho por la lesión de Ximo- y quedaron a merced del Dépor, que no tuvo puntería con los remates de Oliveira. Seguro que el domingo en Liga será otra historia.