Un almuerzo clave

Claassen pedirá el próximo lunes a Cladera pruebas de que no pagó un sobreprecio por sus acciones

j. bauzà palma

­La petición de transparencia de Utz Claassen ha levantado ampollas en un Llorenç Serra Ferrer poco acostumbrado a delegar y a tomar decisiones de manera colegiada. Pero la verdadera tormenta está por llegar si el pobler no es capaz de demostrar que compró a Mateu Alemany el 98 por ciento de las acciones a un precio de cinco millones de euros. Tomando como referencia esa cantidad Claasen pagó en noviembre de 2010 500.000 euros por un diez por ciento de los títulos. Pero el germano sospecha que pudo haber sido engañado después de leer en DIARIO de MALLORCA que Serra Ferrer pagó en realidad dos millones de euros.

En las últimas dos semanas el germano ha intentado sin éxito que el pobler le muestre la escritura de compraventa de los títulos. Y en el Consejo de Administración celebrado ayer tampoco se tocó el tema. Todo se resolverá –para bien o para mal–?en un almuerzo privado que tendrá lugar el próximo lunes entre Jaume Cladera y el propio Claassen. O al menos así quedaron ayer el presidente y el accionista.

En agosto de 2010 Serra Ferrer firmó una opción de compra de las acciones por dos millones de euros más otros 900.000 en concepto de honorarios de Alemany por haber iniciado el concurso de acreedores. Proporcionalmente un diez por ciento de los títulos equivaldría a 290.000 euros, una cifra muy lejos de los 500.000 que pagó Claassen.

El problema, sin embargo, radica en que a través de varios correos electrónicos Cladera y Serra Ferrer aseguraron al alemán que el paquete accionarial de Alemany costó cinco millones.

"El presidente prefiere aclararlo en privado conmigo y hemos acordado una reunión en la que voy a hacerle preguntas muy relevantes. Me interesa saber cuánto dinero han pagado los otros por sus acciones. Estoy convencido de la honradez de Cladera y Serra Ferrer, pero quiero pruebas", explicó ayer el alemán.

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