El impacto que la pandemia está teniendo en el mercado inmobiliario balear está siendo muy superior al que se está registrando en la inmensa mayoría de las comunidades autónomas, con una evolución en la venta de viviendas que refleja de nuevo que las islas se sitúan entre las zonas más perjudicadas por la covid-19. Según los datos facilitados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el pasado mes de julio se adquirieron en el archipiélago 726 residencias, lo que supone una caída del 42,9% respecto a las mismas fechas de 2019, la segunda más intensa del país, solo superada por el 54,8% de otra de las autonomías más turísticas y con mayor peso de la demanda extranjera, como es Canarias. Basta señalar que el descenso medio en el conjunto de España se ha situado en el 32,4%.
Pero hay otro dato a tener en cuenta: la desescalada y la apertura de fronteras en julio permitió que la adquisición de viviendas creciera en España respecto a junio en un 20%. Pues bien, en Balears esa reactivación fue notablemente más débil, y ese aumento se limitó a un 10,3%, una velocidad que es prácticamente la mitad de la estatal.
Otro aspecto a destacar es que en estos momentos el acceso a una vivienda en el archipiélago se sigue sustentando principalmente en las residencias de segunda mano, ante el déficit de inmuebles de nueva construcción que durante los últimos meses viene siendo señalado por colectivos como el de los promotores, los constructores o los arquitectos. De las 726 viviendas adquiridas en las islas durante el mes de julio, 569 fueron usadas y 157 fueron nuevas.
Los datos aportados por el INE suponen que durante los siete primeros meses de este año se han adquirido en Balears 6.296 residencias, es decir, 2.330 menos que en el mismo periodo del pasado ejercicio, lo que implica una reducción acumulada del 27%.
Vivienda de lujo
Este último dato es relevante si se tiene en cuenta que la compra de viviendas de alto nivel se ha reducido durante ese mismo periodo un 15% aproximadamente, según los datos facilitados por el presidente de la asociación que agrupa a las inmobiliarias especializadas en el mercado de lujo (ABINI), Hans Lenz. Eso confirma que el mercado destinado al comprador de alto nivel adquisitivo presenta un comportamiento más sólido que el de las clases medias.
En el caso de la vivienda de lujo, hay que tener en cuenta que uno de sus principales problemas ha radicado en las dificultades que la clientela extranjera ha tenido para desplazarse a las islas para visitar los inmuebles en los que estaba interesada.
Esta bajada en las ventas del mercado de alto nivel se va a mantener durante los próximos meses, según el presidente de ABINI, precisamente porque la llegada a Balears de la clientela extranjera sigue muy limitada a causa de las restricciones aplicadas por el Reino Unido y Alemania, pese a que se insiste en el interés que sigue existiendo en esos mercados por contar con una segunda residencia en Mallorca.
El informe remitido ayer por Engel & Völkers, de la que Lenz es director general en la zona suroeste de Mallorca, destaca precisamente la fortaleza de la isla respecto a la demanda de residencias de alto nivel, y cifra el valor de las operaciones realizadas en Mallorca durante esos primeros siete meses del año en 217 millones de euros, de los que casi una cuarta parte se han registrado durante el mes de julio al acumular las operaciones que se habían visto frenadas durante las semanas anteriores.
Desde esta inmobiliaria se subraya que Mallorca sigue siendo vista como un “refugio seguro” para las propiedades de lujo, como se refleja en que las consultas recibidas por la clientela extranjera se están duplicando en relación al ejercicio anterior.
