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La Tafona de Caimari, sobrepasada por la avalancha de olivas de particulares

La almazara ha reabierto este jueves con largas colas de vehículos después de varios días cerrada ante la imposibilidad de asumir todas las peticiones de producción de aceite

Largas colas de vehículos frente a la Tafona de Caimari, esta semana.

Largas colas de vehículos frente a la Tafona de Caimari, esta semana. / Tafona Caimari

Joan Frau

Joan Frau

Inca

La gran avalancha de aceitunas procedentes de explotaciones particulares que ha recibido estos días la Tafona de Caimari ha obligado a cerrar la almazara durante unos días ante la imposibilidad de atender todas las peticiones de producción de aceite. Finalmente, la Tafona ha reabierto este jueves después de que el pasado lunes anunciase que cerraba durante dos días «a causa de la gran cantidad de oliva recibida». Por ello, «sintiéndolo mucho, nos vemos obligados a anunciar que no podemos asumir más olivas hasta el jueves 30 de octubre», anunció la empresa en las redes sociales. «Aprovechamos para agradecer vuestra paciencia a la hora de hacer cola, como también el gran trabajo que hace nuestro personal, trabajando día y noche para que el aceite llegue a todos nuestros clientes», añadía la Tafona.

En plena temporada de recolección de la aceituna y de producción de aceite, este jueves la Tafona de Caimari ha vuelto a registrar largas colas de vehículos para llevar las aceitunas a la almazara y obtener el preciado aceite. En algunos casos, incluso había gente que esperaba desde las 2 de la madrugada frente a la Tafona, ubicada entre Selva y Caimari, para evitar las largas colas de la mañana y asegurarse que las olivas recogidas en las fincas particulares pudieran ser asumidas por la empresa. La Tafona de Caimari es una de las más populares de la isla y la única que acepta las olivas sin pedir cita previa ni límite de peso. La almazara tiene capacidad para producir hasta 3.000 kilos de aceite cada hora.

En declaraciones a la radio pública IB3, la gerente de Tafona Caimari, Cati Mateu, ha pedido «tranquilidad» a los vecinos y vecinas que hacen cola porque la almazara «trabaja día y noche, funciona las 24 horas», por lo que podrá asumir toda la producción procedente de fincas privadas. Según esta misma emisora, este jueves a primera hora de la mañana ya había casi un centenar de vehículos esperando para dejar sus respectivos cargamentos de aceitunas.

Las colas de vehículos frente a la Tafona de Caimari se han convertido en un clásico del otoño mallorquín en años en los que la producción de aceitunas ha sido elevada. Hace dos años fue una campaña excepcional y la almazara estuvo dos meses seguidos sin parar. Coincidieron varios factores. Debido a la nevada Juliette fue un año muy lluvioso y los árboles habían cogido fuerza. Además, el aceite de oliva en el supermercado había disparado su precio. Fue un año en el que las condiciones eran perfectas: la aceituna estaba en perfecto estado y los aceites eran extraordinarios. En cambio, el año pasado fue justo lo contrario: muy poca cosecha y de baja calidad.

La campaña 2025 empezó el 6 de octubre pero las lluvias ralentizaron la entrada de aceituna en la almazara porque la tierra mojada dificulta su recolección. “Arrancamos muy bien. Es de las campañas que recuerdo que hemos empezado más fuerte”, reconocía Pep Moranta, de la Tafona de Caimari, hace dos semanas. “Se prevé una buena campaña”, vaticinaba. Algo que ha sido posible gracias a las lluvias de septiembre. De hecho, Moranta reconoce que este año había cierta preocupación, pero las precipitaciones de septiembre han hecho posible una temporada óptima. Si no hubiera llovido, explica, a muchos productores se les habría caído el fruto o habría llegado tan deshidratado que, en lugar de 1.000 kilos, habrían recolectado apenas 500.

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