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"Me sentí invisible”: el testimonio de una mujer con movilidad reducida que lamenta la falta de apoyo en el tren

Una usuaria cuenta su experiencia vivida después de que dos bicicletas ocuparan el espacio reservado para personas con movilidad reducida

SFM confirma que los dos ciclistas retiraron las bicicletas y pidieron disculpas

"Me sentí invisible”: el testimonio de una mujer con movilidad reducida que lamenta la falta de apoyo en el tren

DM

Palma

Lo que debía ser un trayecto rutinario en tren desde Pont d’Inca hasta la Estación Intermodal de Palma se convirtió, para una pasajera con movilidad reducida, en una experiencia de "desamparo". Así lo revela a este diario Maria Dolores Durá. Según su versión de los hechos, el incidente ocurrió el martes por la mañana. Como cada día, subió al tren a las 8:34 horas. La usuaria recuerda que en este horario “está expresamente prohibido subir con bicicletas” debido a la afluencia de pasajeros. Dicha pasajera sufre artrodesis de rodilla y dolor crónico, por ello, en el tren ocupa el espacio reservado para personas con movilidad reducida para viajar de “forma segura” y evitar que alguien tropiece con ella, lo que le produciría “un dolor intenso”. Ese martes cuando entró en el tren vió como el espacio estaba ocupado por dos turistas alemanes con bicicletas. “Les pedí educadamente que las retiraran y les expliqué que este espacio está reservado de manera exclusiva para personas con movilidad reducida como se indica en la señalización sobre los asientos rebatibles. Lejos de colaborar, los dos individuos se negaron con actitud altanera y burlándose entre ellos. Me respondieron con un ‘no entiendo castellano’, por ello, me dirigí a ellos en inglés pero tampoco obtuve colaboración”, desgrana al usuaria. En una de las estaciones intermedias, explica la afectada, subieron dos agentes de seguridad pero lamenta que no le ofrecieron “ayuda ni pidieron a los infractores que se retiraran”. Una vez finalizado el trayecto, en la Estación Intermodal la esperaron otros cuatro agentes de seguridad que la identificaron y, según cuenta, la amenazaron con imponerle una multa alegando que les había faltado al respeto diciendo que su trabajo era inútil. “Esta expresión fue fruto del malestar del momento y refleja la impotencia que sentí”, aclara la usuaria, que debido a lo vivido sufrió una “fuerta crisis nerviosa” y tuvo que acudir al ambulatorio “por el dolor físico derivado de la tensión” y de la “postura forzada durante el trayecto”.

Durante el incidente, la mujer confiesa que también tuvo que soportar la incomprensión de varios pasajeros. “Solo tres chicas intentaron explicarle a la gente que mi reclamo era legítimo. El resto me gritaba que, como no uso silla de ruedas, no tenía derecho a sentarme allí. Fue humillante”, reconoce esta pasajera que espera que el caso “no quede en el olvido”. “La normativa dice que los espacios reservados deben estar libres de obstáculos, pero nadie la hace cumplir. Las personas con discapacidad seguimos siendo invisibles”, concluye.

La versión de los agentes

Su testimonio contrasta con el informe de los agentes de seguridad. Según explican fuentes de SFM, la empresa de seguridad tenía constancia del incidente sucedido durante el trayecto del martes entre Es Pont d’Inca y la Estación Intermodal pero difiere del testimonio relatado por la pasajera. Según consta en el informe, es verdad que había dos bicicletas obstaculizando el espacio reservado a personas con movilidad reducida pero la pasajera exigió que las quitaran de “muy malas maneras”. Según relatan desde SFM en función del parte diario de incidentes, el matrimonio quitó las bicicletas inmediatamente y le pidió disculpas.

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