Mostra de la Llampuga 2025 | Tomeu Garau, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Cala Rajada: «En 1986 me pagaban la llampuga a una peseta el kilo»
Este domingo llega la XXII edición de la Mostra de la Llampuga de Cala Rajada, un evento que ha contribuido decisivamente a dar visibilidad a este pescado azul, antaño poco conocido.

Tomeu Garau y Valeria Caponero preparan la llampuga para la Mostra. / Biel Capó

Este domingo llega la XXII edición de la Mostra de la Llampuga, un evento que ha contribuido decisivamente a dar visibilidad a este pescado azul, antaño poco conocido. La llampuga era una especie muy capturada, pero poco rentable para el sector pesquero, que veía cómo se consumían los caladeros sin apenas obtener beneficios económicos.
Tomeu Garau, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Cala Rajada, recuerda que en 1986 a su embarcación le llegaron a pagar una sola peseta por kilo de llampuga. En aquellos años, su pesca apenas resultaba rentable, a pesar de que en un solo día se podían capturar más de una tonelada por embarcación.
Esta situación propició que, en las comidas entre los pescadores gabellins, surgiera la idea de organizar una mostra para dar a conocer este pescado. Como recuerda Joan Ramon Esteva, por aquel entonces la llampuga se cocinaba de muy pocas maneras: las más tradicionales eran llampuga con fideos, con pimientos o en escabeche. Además, solo se podía degustar en algunos restaurantes de cocina típicamente mallorquina, que eran escasos. Esteva reconoce que la mostra, junto con las múltiples formas de cocinar la llampuga, ha servido para promocionar su consumo, recordando además que de este pescado se aprovecha absolutamente todo.
Aquel primer año, con la ayuda del Ayuntamiento, la Asociación Hotelera, la Asociación de Bares y Restaurantes, el Consell de Mallorca y algunos fondos europeos, la Cofradía pudo sacar adelante la idea surgida entre los pescadores de Cala Rajada. El éxito fue inmediato, y poco a poco la mostra fue creciendo.
Con el tiempo, la Cofradía ya no podía asumir todos los preparativos, y, como recuerda Garau, fue entonces cuando el Ayuntamiento asumió la organización, mientras que el sector pesquero profesional pasó a ser un colaborador activo.
A partir de ahí nació la idea de crear el fin de semana del pescado fresco, dedicando tres días a la promoción de la llampuga. El viernes tiene lugar el concurso de tapas, todas elaboradas con llampuga como ingrediente principal. El sábado es el turno de la gran paella marinera, también con llampuga, en la que Joan Ramon Esteva y su equipo preparan comida para cerca de un millar de personas. Finalmente, el domingo se celebra el día grande: la Mostra de la Llampuga.
Unas veinte recetas
Cada año se cocinan unas veinte recetas diferentes, desde las más tradicionales —con pimientos o en escabeche— hasta las más innovadoras: sushi, croquetas, pizza o hamburguesas, todo elaborado con llampuga.
Según Esteva, este despliegue gastronómico ha supuesto una promoción inmejorable para la venta del pescado, algo en lo que coincide el patrón mayor, que define la mostra como una ventana para visibilizar este pescado azul. Garau destaca que el precio actual de la llampuga es más estable y rentable, y se muestra orgulloso de que el cupo de capturas que la Cofradía impuso en su día haya sido aceptado incluso por los más reacios. Este control, afirma, permite preservar los caladeros y mantener unas ganancias razonables.
La Cofradía sigue colaborando con la mostra que ellos mismos iniciaron, elaborando arroces y fideos de llampuga, preparados por la marinería gabellina. Estos días ya están inmersos en los preparativos: limpiar el pescado, organizar los utensilios y poner a punto la ya famosa máquina friega-paellas, ideada por el fontanero Kiko y el electricista Pere, quienes la construyeron con ingenio reciclando un tanque de combustible de una embarcación.
La historia de la muestra también evidencia su impacto turístico. En sus veintidós ediciones, el evento ha pasado de celebrarse a finales de septiembre a mediados de octubre, lo que permite que, en las puertas del cierre de la temporada turística, los hoteles amplíen sus reservas y la localidad prolongue su actividad unos días más.
Suscríbete para seguir leyendo
- El Consell ordena el derribo de una casa de 250 metros en zona ANEI de máxima protección
- La renuncia de sa Pobla al mar es más antigua de lo que se creía
- La resistencia a desaparecer de un histórico pub de Magaluf, el Prince William, impide la demolición total del Hotel Teix
- Unos inversores promueven 19 instalaciones de baterías en Camp de Mar, con un presupuesto de unos 35 millones de euros
- Sale a la luz un tramo del antiguo camino de acceso a la Inca medieval
- Baleares no confina las aves de corral por la gripe aviar y prohíbe los mercados y certámenes ganaderos desde este lunes
- Sant Llorenç des Cardassar quiere ser el pueblo Ferrero Rocher esta Navidad
- Valldemossa se queda sin escoleta de niños a partir del día 19