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Lletra menuda

El castigo no disimula la problemática

llorenç riera

Visto el momento en que se produce, la escasa política en materia de vivienda y de ordenación del territorio que están practicando las instituciones insulares y la anarquía habitacional reinante, la orden de abandono a cuatro caravanas y de democión a seis construcciones rurales fuera de ordenación, ni siquiera merecen la calificación de simbólicas. Son más bien la aguja extraída al azar del pajar del todo está tolerado o es susceptible de ser legalizado. Claro que, algún caso, como el de la vivienda de más de cien metros cuadrados en el parque natural de s’Albufera, es demasiado clamoroso. La importancia de la demolición ordenada ahora queda devaluada desde el mismo momento en que no se talaron sus cimientos al empezar a escavar su asentamiento.

Caravanas. Su abundancia en foravila comenzará a ser regulada de verdad el día que la movilidad cívica lo exija, como está ocurriendo con los parques solares. Pero de momento no puede hacerlo porque son el sucedáneo indigno de una emergencia habitacional que necesita tiempo, esfuerzo, diálogo, previsión, organización y programación de consenso, la media docena de elementos que no han logrado colarse en la Mallorca saturada que hasta la presidenta Prohens ha reconocido esta semana en sede parlamentaria.

Como casi siempre, paga foravila, la parcela de cultivo más pobre del rico y apreciado solar insular. Cuatro caravanas estáticas no son nada en un mar de hierros y amasijos que degradan al paisaje y la tierra que invaden. No es preciso estar en nómina de la ADT para adquirir conciencia de la adulteración metálica de foravila. Solo faltaba que el alcalde de Sencelles hubiera permitido el empadronamiento del asentamiento de la carretera de Sineu.

Las órdenes de demolición dictadas en nueve municipios mallorquines arañan el bolsillo de los propietarios afectados pero también tienen el valor de dejar en evidencia al Govern, al Consell y a la mayoría de ayuntamientos. Se deja a la intemperie la falta de control efectivo y de una ordenación segura del territorio.

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