Mallorca en festa
El verano empieza con el Carnaval d’Estiu de Campanet
Sant Victorià inaugura este sábado el verano festivo en la Part Forana con Antònia Aguiló y Tomeu Mas como L’amo i Sa Madona 2025

Toni Horrach
Campanet, cada año, se transforma dos veces: primero, en pleno verano, con el desenfado y la energía de Sant Victorià y en septiembre con la solemnidad y el arraigo de Sant Miquel, su patrón oficial. Toni Horrach, historiador, creador de contenido, pero, ante todo, campanater lo explica con claridad y nos guía por esta dualidad festiva donde la tradición y la creatividad bailan al mismo ritmo: «Sant Miquel es la fiesta tradicional, la de siempre. Pero Sant Victorià ha ganado terreno en los últimos años, sobre todo con el tradicional Carnaval d’estiu».

Carnaval d'Estiu de Campanet / Joan Pons
Las fiestas de Sant Miquel, patrón oficial de Campanet, se celebran a finales de septiembre y están marcadas por una fuerte carga cultural y religiosa. «Es destacable la romería en la que los vecinos bajan al Sant Crist hasta la ermita de Sant Miquel en un acto cargado de simbolismo. Durante Sant Miquel también se celebran 'Ses Quintades', 'l’homenatge a la vellesa', la 'festa de les llenternes' y la cena de 'fideus'. Aunque también cabe destacar los goigs que cantan los quintos durante las fiestas de Pascua», explica Horrach. «Sant Miquel representa las raíces del pueblo, la espiritualidad y la historia. Tiene ese aire más recogido, más solemne», afirma.
«En contraste, las fiestas de Sant Victorià, para los campanaters, marcan el inicio del verano ya que coinciden al iniciar el mes de julio. Nacen con un espíritu más festivo y desenfadado. Originalmente eran menos participativas que las de Sant Miquel, pero se instauraron para que Campanet tuviera también fiestas patronales en verano, es una neofiesta, que nos encanta», explica Horrach. Este año el pregón será a cargo del campanater Pere Josep Pons Vives, licenciado en Economia por la Universidad de Les Illes Balears y Doctor con la tesis «Fuzzy Techniques for Hotel Management». El pregó culmina con la noche pirotécnica a cargo Ibidem amb els Escarrufaverros
El evento estrella de Sant Victorià es, sin duda, el Carnaval d’Estiu, que ha acabado eclipsando a la histórica Nit de Rock. «Antes, el punto fuerte era la verbena, los grupos contratados debían ser catalanoparlantes y con temas propios, de hecho, grupos como Lax’n’Busto, Antònia Font o Oques Grasses... tocaron en la plaza de Son Bordoy. Pero desde hace algunos años la gente viene por el carnaval d’estiu», asegura.

'L'amo i sa Madona' 2025, Antònia Aguiló y Tomeu Mas. / Silis Campins
La historia es tan original como divertida, Horrach comenta que existen varias versiones, pero sobre cómo surgió el Carnaval d’estiu, prefiere contar la oficial: "Fue una iniciativa de un grupo de jóvenes que hoy rondan los cuarenta. Querían una actividad pensada para su generación, empezaron con una barra de bar y ellos disfrazados. Los años más álgidos fueron 2016 y 2017, había miles de persones. Durante la pandemia bajó el ritmo, pero ha vuelto con fuerza», explica. El ambiente es claramente más joven y desinhibido: «Hay un tema clave, que aquí los disfraces no son bonitos, ni son para ligar, tienen que ser originales, friquis o auto humillarse. Un año fui de conejita de Playboy, otro de mujer mayor y uno de Naïm Darrechi detenido. Ese año me lincharon en redes sociales», cuenta Horrach entre risas. Este año, se disfrazará de romano: «Un traje muy palmesano, pero porque vendré directo de una grabación en Consell», añade. «Se nota muchísima de donde son según el disfraz, el típico para pillar, siempre viene de Palma». Cuando le preguntan por el mejor disfraz que recuerda, no duda en elogiar a su amigo: «Va de Krusty de Los Simpson y es un clásico. De hecho, ya es una necesidad que Krusty esté en el Cranaval d’estiu. Es un disfraz dentro de otro disfraz. Brillante. Además, la energía que desprende el personaje es espectacular. Recuerdo que, durante la verbena, dos grupos le aclamaron para que subiera al escenario, obviamente, pasó por completo».
Referente a su mítica frase No volem quillos a les verbenes, asegura que «sigo pensando lo mismo, las verbenas son para la gente de pueblo que entiende y participa del folclore, no los típicos quillos que solo ensucian y destrozan el significado de verbena». Para Toni Horrach, todo lo vivido podría convertirse en anécdota, «Mi madre me decía que, si me ofrecían alcohol o drogas, contestara que ya tenía. Y, tenía unos siete años, cuando en un Carnaval d’estiu me ofrecieron bebida y respondí, no, ya llevo en dentro del bolsillo», cuenta entre risas.
Las fiestas de Sant Victorià están llenas de actividades tradicionales como la noche de Trivial. «Se agotan los cupos todos los años, participa muchísima gente», explica Horrach. Otra de las actividades más participativas es la Cursa de Sant Victorià, «yo no participo porque prefiero no hacer el ridículo», aclara el joven campanater entre risas. El campeonato de Tir de fona. Algunas, como la antigua gimcana nocturna, ha dado paso a propuestas para los más pequeños. Durante estas fechas, también se celebra la noche teatral, una propuesta cultural que complementa el enfoque tradicional de estas celebraciones.

Toni Horrach, en una pasada edición del Carnaval d'Estiu. / DM
Antònia Aguiló y Tomeu Mas, L’amo i Sa Madona 2025
El Carnaval d’Estiu, una fiesta singular que, más allá del colorido y la música, simboliza el compromiso de sus jóvenes. Esta edición de 2025 promete no solo mantener viva la tradición, sino también reforzar los vínculos entre generaciones, historia y participación vecinal. El alma de esta celebración está en la asociación Sa Llengua Bona, una entidad sin ánimo de lucro nacida del empuje colectivo en un momento de incertidumbre. El Carnaval, que originalmente fue organizado por el Ayuntamiento, llegó a un punto de saturación en el que las instituciones decidieron dejar de gestionarlo. Ante la amenaza de que la fiesta desapareciera, un grupo de jóvenes de Campanet tomó la iniciativa y fundó la asociación con un único objetivo: no dejar morir una tradición que ya formaba parte de la identidad local. El nombre de la asociación, Sa Llengua Bona, compuesta por Joan Quart como presidente, Margalida Jover, Elionor Pons, Maria Rebassa, Caterina Rebassa, Aina Pons, Marina Martorell, Toni Pacual, Simó Morro, Bel Buades, Laura Pons, Marina Martorell i Catalina Serra surgió de forma espontánea y muy mallorquina: durante una cena en un bar del pueblo, entre partidas de truc, alguien propuso ese nombre que jugaba con el doble sentido en catalán. La propuesta gustó, se quedó y hoy en día es una referencia en todo Campanet.
Con los años, la fiesta ha ido incorporando nuevas tradiciones, como la elección de «L’Amo y Sa Madona», dos figuras que representan el espíritu del carnaval y que son elegidas cada año por votación popular. Esta costumbre nació en el décimo aniversario del Carnaval, cuando la directiva quiso rendir homenaje a los fundadores del evento con un pregón que, para sorpresa de todos, tuvo una acogida entusiasta. Desde entonces, estas figuras se han convertido en los protagonistas simbólicos del inicio de la fiesta. Este año 2025, los elegidos han sido Antònia Aguiló y Tomeu Mas, quienes asumirán el rol de los personajes. El proceso para convertirse en Amo o Madona está abierto a todos los mayores de edad. Las candidaturas se presentan semanas antes y la elección se realiza mediante votación el primer sábado de mayo, coincidiendo con la víspera de la Fira de Campanet. El mismo día se anuncian los resultados en una proclamación pública que forma parte del calendario festival de Campanet.
La jornada del Carnaval d’Estiu comienza muy temprano. Desde las ocho de la mañana, miembros de la asociación y vecinos decoran la Plaça de Son Bordoy. La decoración no solo corre a cargo de la asociación, sino que también cuenta con la colaboración activa de los niños del casal d’estiu y los usuarios del centre de dia, uniendo así a generaciones distintas en un mismo proyecto festivo.
Por la tarde, a partir de las 17:30 horas, los xeremiers recorren las calles del pueblo para recoger a L’Amo y Sa Madona en sus casas. Junto a ellos y acompañados por la batucada, se desplazan hasta el Ayuntamiento, donde desde el balcón principal se lanza el pregón que marca oficialmente el inicio del carnaval. A partir de ahí, la música, los disfraces, la alegría y el buen humor se adueñan del centro de Campanet.
Además del Carnaval, Sa Llengua Bona organiza otras actividades clave para dinamizar la vida cultural del pueblo, como Ses Quintades, una celebración que reúne a todas las generaciones, especialmente los jóvenes, en torno a una propuesta lúdica y participativa. La asociación trabaja con un enfoque claramente intergeneracional y comunitario, buscando siempre que las actividades tengan un impacto positivo en la cohesión social.
Como en toda fiesta popular, hay momentos memorables. Desde Sa Llengua Bona recuerdan con humor algunos años complicados en los que costó encontrar candidatos para ser Amo y Madona. En más de una ocasión, incluso, algún miembro de la directiva se ofreció voluntario para asegurar que la tradición continuara. Lejos de ser un problema, estas pequeñas anécdotas reflejan el espíritu de compromiso que caracteriza a la asociación.
Hoy, con casi dos décadas de historia, el Carnaval d’Estiu de Campanet se ha consolidado como un símbolo de identidad local, un ejemplo de autogestión y una prueba del poder de la iniciativa ciudadana. La implicación creciente de los vecinos y vecinas, y el entusiasmo de los jóvenes que cada año toman el relevo, aseguran que la fiesta seguirá viva durante muchos años más.Campanet no solo celebra un carnaval: celebra su capacidad de reinventarse, de compartir, de reír y de caminar juntos. Y eso, en estos tiempos, no es poca cosa. La dualidad festiva de Campanet muestra también su diversidad interna. «Sant Miquel representa la tradición y el arraigo. Sant Victorià, la fiesta y la participación popular». Juntas, dan forma a la identidad de un municipio que celebra su historia y sus tradiciones.
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